Ya se han recogido más de 1000 firmas a nivel estatal para mostrar el desacuerdo de la comunidad universitaria con la implantación del grado en seguridad, que la Universitat de Barcelona ha pactado impartir junto con el Institut de Seguretat Pública de Catalunya.
No es la primera vez que se escribe en esta revista sobre el grado en seguridad que está creando tanta polémica en Cataluña, pues es un tema que inquieta, y mucho, a todos los criminólogos. No es ningún secreto que la situación laboral que tienen actualmente los profesionales de la Criminología roza la precariedad; y tampoco es ningún secreto que las pocas salidas que existen se encuentran, en su mayoría, en el campo de la gestión de la seguridad pública y privada. Ante esta situación, lo último que esperaban los estudiantes y titulados es que la Universidad pactara con la administración la creación de un nuevo grado que puede afectar directamente las pocas alternativas laborales que quedaban.
¿Cuál ha sido la reacción del colectivo de criminólogos ante esta amenaza?
En primer lugar, aparecieron diversos comunicados de asociaciones y federaciones de asociaciones de criminólogos, tanto a nivel autonómico como estatal, dando motivos para la no aplicación del grado; ante los cuales respondió la Universidad diciendo que el grado no afectaría prácticamente a los titulados en Criminología. Dicho argumento no puede ser considerado válido, y el razonamiento es sencillo: el grado será impartido por laUniversitat de Barcelona, en colaboración con el Institut de Seguretat Pública de Catalunya, lo que supone que dichos titulados tendrán un reconocimiento institucional nunca recibido por los criminólogos y, en consecuencia, mayores facilidades a la hora de acceder a un puesto de trabajo de gestión de la seguridad.
En segundo lugar, se organizó, el día 19 de marzo, una concentración delante del decanato de la Facultad de Derecho de la UB, en protesta por la implantación del grado. A dicha concentración asistieron más de 300 estudiantes, y no sólo de la Universitat de Barcelona; también acudieron alumnos de la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universitat Pompeu Fabra y la Universitat Oberta de Catalunya, dando muestras de la preocupación que se ha despertado en relación a la mencionada titulación. La concentración, pese a existir un intento de diálogo con el decano de la Facultad, tampoco consiguió un impacto real en el planteamiento inicial de la creación del grado.
Después de la concentración, los estudiantes de la Universitat de Barcelona han seguido haciendo presión a través de los órganos institucionales de la Universidad, y proponiendo alternativas a la creación del grado, como un máster al que pudieran acceder los titulados en Criminología; aunque también con escaso resultado.
Ante esta situación, y siendo patente que todas las muestras de desacuerdo por parte de la comunidad criminológica han intentado ser deslegitimadas y desvirtuadas, la Associació Interuniversitària de Criminologia ha optado por iniciar una de las más clásicas muestras de presión social: la recogida de firmas. El texto con que el firmante declara su desacuerdo con la implantación del grado en seguridad es el siguiente:
Manifiesto mi disconformidad con la implantación del grado en seguridad que la Universidad de Barcelona quiere impartir, junto con el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña, por las siguientes razones:∙ La creación del nuevo grado en seguridad supone un conflicto directo en las salidas laborales de los criminólogos en el ámbito público. La nueva titulación dispone de la coordinación conjunta entre ISPC y UB, un reconocimiento institucional que ahora mismo los criminólogos no tienen. Así pues, aunque la UB tenga intenciones de redirigir el nuevo grado hacia una finalidad diferente a la seguridad ciudadana o de la formación de altos cargos de los cuerpos de seguridad pública, no puede garantizar en ningún momento que no se producirá un intrusismo laboral, pues los intereses del ISPC son independientes a los intereses del ámbito universitario. Los criminólogos tenemos los conocimientos y herramientas necesarias para afrontar funciones de gestión de seguridad ciudadana y prevención, aunque actualmente los estudios de Criminología no supongan ninguna facilitación en el acceso a dichos puestos de trabajo a través de oposiciones.∙ No se puede percibir el concepto de seguridad sin una base criminológica. Haciendo referencia al Decálogo donde se desarrollan las competencias básicas de un criminólogo y al libro blanco de la Criminología, “el criminólogo ha de ser el mayor experto en seguridad de la población”. Una vinculación directa y estrecha entre las dos disciplinas, que mayoritariamente se imparte de manera conjunta o complementaria en gran parte del Estado (grado en Criminología y seguridad de la Universidad Jaume I, Universidad Cadíz, Universidad Camilo José Cela…). Pues toda disciplina necesita tener una base científica y fundamentos teóricos para poder garantizar su validez y fiabilidad.∙ La disminución de la calidad docente de los estudios de Criminología. La creación de un futuro grado en seguridad se plantea como una afectación de la carga lectiva de los correspondientes departamentos de la UB, unos departamentos que están sufriendo los recortes presupuestarios y tienen falta de recursos humanos. Por tanta, es inevitable que los estudios de Criminología de la UB sufran cualitativamente una disminución de recursos i de calidad docente.∙ Ahora es el momento de invertir en la mejora de disciplinas emergentes, como la Criminología.Las firmas se presentarán a los siguientes organismos: Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), Institut de Seguretat Pública de Catalunya (ISPC) y Associació Catalana d'Universitats Públiques (ACUP).
Tras una sola semana del inicio de la recogida de firmas online, más de 1000 ciudadanos de todas las Comunidades Autónomas del Estado ya han firmado para mostrar su disconformidad con el grado en seguridad. El comunicado ha sido firmado tanto por personas relacionadas con la disciplina criminológica como con otras; ya que el grado no sólo afecta laboralmente a los criminólogos, sino a toda una serie de profesionales encargados de la gestión de los diferentes ámbitos de la seguridad.
Un total de cinco asociaciones de criminólogos, y una de interdisciplinar, han colaborado a día de hoy con la difusión de la recogida de firmas, haciendo de las más de 1000 firmas recogidas un mérito de muchas personas; de una gran cantidad de estudiantes y titulados que no van a renunciar a defender la ciencia que se ha encargado, y se debe seguir encargando, del estudio de la seguridad ciudadana; y, por consiguiente, de su gestión.
“The deviant and the conformist... are creatures of the same culture, inventions of the same imagination.” Kai Theodor Erikson
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