Posted: 04 Sep 2015 04:07 AM PDT
Desde que el hombre es hombre ha tenido la imperante necesidad de tener controlado su entorno, es decir, el ambiente donde habita, la población con la que convive, las acciones que se realizan y más. La invención del lenguaje se considera una de las aportaciones más importantes – si no es que la más importante – a la humanidad. Pero hay una aportación que tiene igual importancia que la del lenguaje: los números.
Los primeros documentos sobre los números escritos fueron hechos hace unos 5000 años en el valle asiático de Mesopotamia entre los ríos Tigris y Eúfrates. Unos 2000 años después, los Sumeros, que vivían en la misma zona, desarrollaron un sistema de escritura numérica conocido con cuneiforme. Su uso se extendió y fue adaptado por los mercaderes babilonios quienes lo utilizaron para sus registros comerciales.
Gracias a los números el hombre se permitió contabilizar los seres que habitaban en sus tribus y el tipo de acciones que estos realizaban; la mercancía que comercializaban, ya sea, a través de trueque o compra. El uso de los números, cualquiera que fuera su uso, marcó el inicio de lo que hoy llamamos estadística y no sólo eso, la estadística ha coadyuvado en todas las ciencias existentes en nuestra actualidad, por lo que es imposible concebir cualquier ciencia sin la aportación que nos ha brindado la estadística.
Historia de la Estadística
La palabra Estadística procede del vocablo “Estado”, pues era la función principal de los Gobiernos de los Estados establecer registros de población: nacimientos, impuestos, defunciones y cosechas; la necesidad de poseer datos cifrados sobre la población y sus condiciones materiales de existencia han debido hacerse sentir desde que se establecieron sociedades humanas organizadas. «Estadística», en última instancia, deriva la palabra del neolatín statisticum collegium (consejo de estado) y la palabra italiana statista (‘ hombre de estado’ o político). La palabra alemana statistik, introducida primeramente por Godofredo Achenwall (1749), originalmente designaba el análisis de datos acerca del estado, significando la ‘ciencia del estado’ (llamado posteriormente «aritmética política» en idioma inglés). A principios del siglo XIX, adquirió el significado de colección y clasificación de datos. El término fue introducido en Inglaterra en 1792 por sir John Sinclair cuando publicó el primero de los 21 volúmenes titulados: Statistical account of Scotland.
Su origen empieza posiblemente en la isla de Cerdeña, donde existen monumentos prehistóricos pertenecientes a los Nuragas, los primeros habitantes de la isla; estos monumentos constan de bloques de basalto superpuestos sin mortero y en cuyas paredes se encontraban grabados toscos signos que han sido interpretados con mucha certeza como muescas que servían para llevar la cuenta del ganado y la caza.
Hacia el año 3.000 a.C. los babilonios usaban ya pequeñas tablillas de arcilla para recopilar datos en tablas sobre la producción agrícola y los géneros vendidos o cambiados mediante trueque.
Por su parte, otros autores manejan que la Estadística comenzó en Egipto, cuyos faraones lograron recopilar, hacia el año 3050 antes de Cristo, prolijos datos relativos a la población y la riqueza del país. De acuerdo al historiador griego Heródoto, dicho registro de riqueza y población se hizo con el objetivo de preparar la construcción de las pirámides. En el mismo Egipto, Ramsés II hizo un censo de las tierras con el objeto de verificar un nuevo reparto.
Por su parte en el antiguo Israel la Biblia da referencias, en el libro de los Números, de los datos estadísticos obtenidos en dos recuentos de la población hebrea. El rey David por otra parte, ordenó a Joab, general del ejército hacer un censo de Israel con la finalidad de conocer el número de la población.
También los chinos efectuaron censos hace más de cuarenta siglos. Los griegos efectuaron censos periódicamente con fines tributarios, sociales (división de tierras) y militares (cálculo de recursos y hombres disponibles). La investigación histórica revela que se realizaron 69 censos para calcular los impuestos, determinar los derechos de voto y ponderar la potencia guerrera.
Pero fueron los romanos, maestros de la organización política, quienes mejor supieron emplear los recursos de la estadística. Cada cinco años realizaban un censo de la población y sus funcionarios públicos tenían la obligación de anotar nacimientos, defunciones y matrimonios, sin olvidar los recuentos periódicos del ganado y de las riquezas contenidas en las tierras conquistadas. Para el nacimiento de Cristo sucedía uno de estos empadronamientos de la población bajo la autoridad del imperio.
Para el año 1532 empezaron a registrarse en Inglaterra las defunciones debido al temor que Enrique VII tenía por la peste. Más o menos por la misma época, en Francia la ley exigió a los clérigos registrar los bautismos, fallecimientos y matrimonios. Durante un brote de peste que apareció a fines de la década de 1500, el gobierno inglés comenzó a publicar estadísticas semanales de los decesos. Esa costumbre continuó muchos años, y en 1632 estos Bills of Mortality (Cuentas de Mortalidad) contenían los nacimientos y fallecimientos por sexo.
El primer empleo de los datos estadísticos para fines ajenos a la política tuvo lugar en 1691 y estuvo a cargo de Gaspar Neumann. Este investigador se propuso destruir la antigua creencia popular de que en los años terminados en siete moría más gente que en los restantes, y para lograrlo hurgó pacientemente en los archivos parroquiales de la ciudad. Después de revisar miles de partidas de defunción pudo demostrar que en tales años no fallecían más personas que en los demás. Los procedimientos de Neumann fueron conocidos por el astrónomo inglés Halley, descubridor del cometa que lleva su nombre, quien los aplicó al estudio de la vida humana. Sus cálculos sirvieron de base para las tablas de mortalidad que hoy utilizan todas las compañías de seguros.
Jacques Quételect es quien aplica las Estadísticas a las ciencias sociales. Este interpretó la teoría de la probabilidad para su uso en las ciencias sociales y resolver la aplicación del principio de promedios y de la variabilidad a los fenómenos sociales.
Quételet es también célebre por desarrollar la noción de «hombre promedio» (l'homme moyen) y por su aplicación de la estadística a la criminología.
En cuanto a su obra de la Física social podemos mencionar tres conclusiones fundamentales:
1. El delito es un fenómeno social que puede conocerse y determinarse estadísticamente.
2. Los delitos se cometen año con año con absoluta regularidad y precisión.
3. los factores que influyen como causas de la actividad delictuosa son: el clima, la pobreza, la miseria, el analfabetismo, etc.
De aquí podemos deducir que Quételet fue el primer estadista criminal, pues aunque el campo de su estudio fue amplio y variado, sus aportes marcaron el inicio de lo que posteriormente vendría a llamarse Geocriminología.
Relación de la Estadística con la Criminología
Se entiende por estadística criminal el conjunto de datos numéricos sobre los crímenes y criminales, extraídos de los registros de organismos oficiales, clasificados, dispuestos y analizados en forma que revelen relaciones entre categorías y datos, publicados periódicamente según un plan uniforme (Tharstein Sellin).
El ser humano, desde un punto de vista antropológico, siempre ha tenido la necesidad mantener el control de su entorno, ya que el desconocimiento de una determinada situación o un entorno causaban miedo; lo “no-conocido” siempre nos causa miedo. Por ello el censo de una determinada población representaba el control para el jefe de la tribu, pues sabía cuántos pobladores tenía que dirigir.
Como ya lo vimos anteriormente, una de las primeras estadísticas que se presentaron fueron: los animales cazados y los vegetales o frutas que se recolectaban y posteriormente se comercializaban. Estas estadísticas servían para mantener un control económico de la tribu y si se descubría alguna alteración o algo que no cuadrara, los castigos podían ser terribles.
Más adelante los criminales que eran ejecutados o encerrados en cárceles también pertenecieron a un tipo de estadística, pues el Estado se vio en la necesidad de ampliar el control que tenía. Empezaron a vislumbrar todos los horizontes que podían controlar a través de la estadística. Esto implicaba tener un mayor control, no sólo de su población (nacimientos, matrimonios, defunciones) sino también los ingresos y egresos, número en el personal de un ejército, situación socioeconómica de su población, etcétera.
Entonces se puede ver que la estadística representa el dominio de ciertos asuntos que ocurren dentro de una región geográfica y esto siempre es un beneficio del Estado pues, significa control; es asegurar su economía y controlar a la población.
En México la encargada de presentar las estadísticas referentes a los delitos cometidos, población cautiva en una penitenciaria, población liberada y readaptada y número de policías es la Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) cuya misión es: Articular y coordinar a las instituciones de Seguridad Pública de los tres órdenes de gobierno a través de establecer directrices, alinear las políticas públicas, establecer sistemas de planeación estratégica, así como de evaluación y transparencia, constituyéndose en un Sistema confiable, legítimo y eficaz, buscando el respeto a la integridad física, moral y patrimonial de las personas y sociedad, facilitando con ello su desarrollo y plenitud.
Dentro de las facultades que posee esta secretaría y que son de nuestro interés se encuentra: Establecer y controlar bases de datos criminalísticos y de personal. Aunque a título personal esta facultad se encuentra mal redactada.
Las estadísticas criminales pueden originarse en diversas fuentes; entre las que se destacan la policial, la judicial y la penitenciaria.
Estadística policial: es aquella que recoge y compila la policía; sus datos abarcan delitos y contravenciones, que son tomados de las distintas dependencias administrativas (intendencias-comisarías, servicio de investigación, etc.).
Estadística judicial: es la que proporcionan los jueces y magistrados penales del país de acuerdo con los procesos iniciados y las providencias dictadas en su desarrollo.
Estadística penitenciaria: compila los datos relacionados con la población reclusa del país: distíngase en ella los sindicados de los sentenciados, las diversas categorías de delitos que se les imputa, el sexo, edad, procedencia y demás aspectos personales de los presos, así como el flujo periódico de ingresos y salidas.
Estadística inferencial
La estadística inferencial es una parte de la estadística que comprende los métodos y procedimientos que por medio de la inducción determina propiedades de una población estadística, a partir de una pequeña parte de la misma. La estadística inferencial comprende como aspectos importantes:
· La toma de muestras o muestreo, que se refiere a la forma adecuada de considerar una muestra que permita obtener conclusiones estadísticamente válidas y significativas.
· La estimación de parámetros o variables estadísticas, que permite estimar valores poblacionales a partir de muestras de mucho menor tamaño.
· El contraste de hipótesis, que permite decidir si dos muestras son estadísticamente diferentes, si un determinado procedimiento tiene un efecto estadístico significativo, etc.
· El diseño experimental.
· La inferencia bayesiana.
· Los métodos no paramétricos
La inferencia bayesiana es: un tipo de inferencia estadística en la que las evidencias u observaciones se emplean para actualizar o inferir la probabilidad de que una hipótesis pueda ser cierta. Este tipo de inferencia ha sido utilizada por la policía de los Ángeles para que los patrulleros realicen rutas donde se puede cometer un delito. El índice de criminalidad de una zona es un parámetro que puede medirse mediante el seguimiento de las denuncias y delitos cometidos en una zona geográfica determinada dentro de un intervalo temporal de observación. Si estos datos y su evolución se tratan con un software, podrían identificarse las zonas más propensas a que se cometan delitos y, por tanto, los focos en los que sería necesario actuar para disuadir a los que cometen estos actos.
Prevención del delito
Una de las tareas principales de la Criminología es la prevención del delito. Existen tres diferentes tipos de prevención del delito: prevención primaria, prevención secundaria y prevención terciaria. La prevención primaria se ocupa del delito como tal, sin tomar en cuenta su infractor. Este tipo de prevención busca establecer los factores físicos que propician el delito. La prevención secundaria se ocupa del sujeto que es proclive a cometer un delito, ya sea por su condición económica, su educación o su entorno social y la prevención terciaria se ocupa de la readaptación y resocialización de los sujetos que ya han perpetrado un delito.
En cada uno de los tipos de prevención, que ya mencionamos antes, existen bases estadísticas que ayudan a evitar los delitos. Los factores o causas que pueden generar que una persona cometa una conducta antisocial son insertados en una base de datos y en base a ellos generar políticas públicas de prevención del delito. Las estadísticas son necesarias para la Criminología pues, gracias a ellas obtenemos la información necesaria de qué tipo de prevención crear, cómo irá enfocada, a qué publico se realizara y como se llevará a cabo, entre otras. Los delitos son diferentes en cada región y cada persona tiene su propio móvil para cometerlos, sin embargo a través de las cifras que se nos otorgan, nos es fácil dirigir la prevención del delito, pues tenemos información certera que nos facilita la estadística.
Conclusión
No se puede pensar en prevención del delito sin antes realizar un estudio de campo. Al pensar en un estudio de campo debemos pensar forzosamente en estadística. La estadística es base para todas las ciencias y no sólo para eso, sino para cualquier tipo de investigación que se quiera llevar a cabo.
Cabe señalar que la estadística es una ciencia certera, es decir positivista, ya que aborda el método científico que tanto postuló Augusto Comte. No se debe confundir estadística con probabilidad, son dos cosas muy diferentes.
La Criminología no puede ver el desarrollo de una de sus principales tareas, sin antes abordar un estudio estadístico de la prevención que va a desarrollar y no sólo eso, la misma tesis que se requiere a los estudiantes representa investigación, y ésta quiere decir poner en práctica los conocimientos estadísticos que desde bachillerato se nos han inculcado.
No es nada más la Criminología, como ya lo repetí varias veces, cualquier ciencia en un momento determinado necesita de números que le ayuden a lleva un control sobre su labor y la Criminología al tener una función tan importante, como lo es la prevención, no puede darse el lujo de ir a la deriva teorizando.
La Criminología requiere investigación y la investigación requiere números; la investigación es ciencia pura. Por ello es que muchos mediocres rehúyen a esta labor tan importante. Al ser la Criminología una ciencia social, no se puede vivir en bibliotecas, fabricando hipótesis que no tendrán comprobación, hay que salir de las trincheras académicas y demostrar con números que hay una realidad angustiante de homicidios, secuestros, violaciones, robos, etcétera.
Pero eso al estudiante actual no le importa, pues está sumergido en un mar de morbo que obnubila la visión crítica (que debería tener) y se deja llevar por la corriente sensacionalista que empobrece su capacidad de analizar; los números son tan necesarios cómo la vida misma, sin ellos, no sólo ejercería el caos, sino que la muerte sería el enemigo principal pues un muerto es estadística, pero mil muertos es un genocidio. Sin este simple aforismo no seríamos nada más que cifras, sin embargo y como todo, hay que saber utilizarlos a nuestro favor.
No somos una estadística más, no soy un número, soy una verdad, una existencia, un ser y una realidad; pero la realidad, la existencia, la verdad y los números son estadística.
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