Es paradójico que una de las principales funciones de los criminólogos sea la de insertar presos en la sociedad disminuyendo los índices de reincidencia y que no seamos capaces de insertarnos nosotros mismos en el ámbito profesional y social, o por lo menos, no lo hayamos sido hasta el momento.
Se están haciendo muchos esfuerzos, se llevan haciendo muchos esfuerzos, desde diferentes colectivos: asociaciones, empresas, agrupaciones de alumnos y antiguos alumnos. Todo es muy positivo, y digo, muy positivo porque se palpa la inquietud de los nuevos titulados y la predisposición para empezar a hacer cosas, eje fundamental sobre el que se debe asentar el inicio de la profesión.
El problema surge cuando estamos descoordinados, porque perdemos oportunidades muy valiosas de poder hacer las cosas correctamente y dar la imagen a la sociedad que la Criminología tiene capacidad de mejora de la misma, independientemente que estemos afiliados a una asociación o no, que esta asociación pertenezca a una federación o no. Imagino que sucede por el desconocimiento de lo que se hace en este sentido, no por otra cuestión más mezquina, como puede ser el aprovechar lo que otros hacen para el lucro personal.
El caso es que nos encontramos que existen iniciativas que no se conocen y desde muchos puntos de vista se intenta abrir camino, máxime si detectamos que pueda haber dinero rápido, sobre todo en la formación. Es el primer camino en el que podemos comprobar el problema que trato de exponer. Todos estamos interesados en seguir formándonos y si es de calidad, mejor. Así existen multitud de iniciativas dirigidas a criminólogos, que, en muchos casos juegan con su dinero sin más, sin aportar conocimientos de calidad, y sin aportar conocimiento aplicado.
Otro de los principales caminos son las prácticas universitarias de los alumnos, por ejemplo en la Universidad en la que trabajo, la Universidad a Distancia de Madrid (Udima), de la que soy el coordinador de prácticas, estamos trabajando en proyectos novedosos en diferentes campos: prevención de la reincidencia en prisiones (preparando la salida), observatorio de ciberacoso, análisis delictivo en materia de seguridad vial, análisis criminológico de la percepción de inseguridad de personal de hospitales y centros de salud, proyectos criminológicos preventivos en entidades locales en sentido amplio. Todos estos campos se abren en la colaboración y coordinación con asociaciones, particulares, empresas e instituciones. Todo esto se está haciendo con la implicación altruista de numerosas personas y colectivos, como se lleva haciendo durante mucho tiempo. Y desde aquí mi agradecimiento, porque sin su implicación sería imposible realizarlo.
Para finalizar decir que han existido y seguirán existiendo personas que quieran utilizar la Criminología para lucro personal, sin importar la calidad del contenido de su formación o de las propuestas aplicadas que quieran llevar a cabo, ejemplos tenemos casi todos los días. Este es un problema que debemos atajar para poder insertarnos en la sociedad.
Las diferentes asociaciones que conozco van abriendo caminos, caminos que no están cerrados, caminos que deben aprovecharse, eso sí, coordinados, porque sino puede ser un desastre y podemos perder muchas oportunidades, como he tratado de exponer, perder oportunidades porque las instituciones o empresas dejarán de confiar en nosotros. Mi mensaje final es que nos aprovechemos del conocimiento y trabajo de personas que llevan más tiempo en este camino, pero eso sí, de una manera honesta y transparente, porque, de lo contrario, estaremos abocados al fracaso y comenzarán luchas internas sin sentido, que ralentizarán la inclusión social y profesional. Debemos evitarlo a toda costa, aprovechemos los caminos abiertos, pero con cabeza.
Posted: 07 Apr 2014
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