quinta-feira, 30 de outubro de 2014

MORIR SIN HABER NACIDO, SUICIDIO PROFESIONAL O ABORTAR EL FUTURO SOÑADO

No ha pasado mucho tiempo desde que dejé de acudir a la universidad para estudiar criminología, 4 meses y algunos días desde el momento más americano de la carrera: la graduación. Ese día en el que tiras el birrete al aire, en mi caso fue la beca (la banda esa de color), celebrando que la etapa de estudiante “se acabó”, ¡por fin eres criminólogo/a!
Desfase.
Cuatro años de gestación para nacer al mundo como criminólogo/a. Cuatro años en el útero de la facultad, evolucionando, para, finalmente nacer como profesional.
Y morir.
Porque, colegas, seamos realistas, no hay trabajo. Porque estamos en crisis, y no hay delincuencia ni tampoco crímenes. No hay trabajo, lo escuchas en todas partes. No se necesitan especialistas en el crimen. Ni tampoco se necesitan profesionales humanos que trabajen por la felicidad del ser humano. Pá qué, está tó fatal. Y ya se sabe tó, que no podemos inventar ná.
Desmotivación.
Yo, es que… no encuentro trabajo. Porque no tengo nada que hacer. Me he pasado cuatro años enclaustrado/a en la biblioteca porque me apasiona la criminología pero no luchar. Eso sí, mi cuenta de twitter, mis estados de facebook o los comentarios de pie del instagram están repletos de “no pain, no gain”, “lucha por lo que quieres”, “*inserte frases de Paulo Coelho*”.

Escucho criminología en la tele o en la radio y me quedo ojiplático/a a ver qué dicen, pero yo no voy a opinar, no sea… que se me ocurra la mala idea de escribir una carta al periódico y que la publiquen. Total, yo ya cumplo como criminólogo/a, en linkedIn ya aparezco como tal. Con mi birrete, la toga con photoshop y esas cosas.
 

-          ¿A qué te dedicas?
-          Me dedico a “X” cosa, pero en sí, soy criminólogo/a.
Se me llena la boca de orgullo y satisfacción. Es que he trabajado duramente para que se reconozca mi puesto de trabajo en este sector que nada tiene que ver con el crimen. Pero oye, que decir que soy criminólogo/a queda como guay, ¿que no?
-          O sea, que no trabajas de criminólogo/a…
-          Bueno, no. Pero, es que…
Es que… he muerto antes de nacer.
De nacer y consolidarme como lo que siempre he querido ser: CRIMINÓLOGO/A.
He dejado de luchar antes de que me corten el cordón, a pesar de tener ya la cabecita fuera. Me ha parecido más fácil quedarme aquí que mirar al horizonte y caminar hacia él ya que por el momento sólo me ciega la luz.
¡Nuevos/as criminólogos/as del mundo! ¿Os vais a dejar morir después de tanto tiempo invertido? ¡¿Enserio?! Echadle un par, cread proyectos, asociaros, innovad, conoced más gente interesada en esta inquietante ciencia, ¡dejad que se os contagie la pasión, pecadores!
De vez en cuando tenemos que parar para fijar la meta e ir a por todas. Pero no abandonéis el camino, cambiad de rumbo cuando sea necesario. Me encantaría poder acudir a vuestros seminarios, leer en el periódico que alguien hace algo…
Ahora que se ha terminado ya la temporada de fotos de pies, pensadlo, necesitamos criminólogos/as comprometidos/as.

Si por el contrario queréis moriros sin haber nacido, suicidaros profesionalmente o abortar vuestro futuro soñado, podéis seguir los “10 pasos para no trabajar de criminólogo” propuestos por David Buil.
 

No sé qué tal me irá a mí, pero si no sale, no será por no haberlo intentado.

 Criminología y Justicia. Posted: 30 Oct 2014.

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