El Colt era la marca legendaria del famoso revólver con el que tan familiarizados estarán todos aquellos que hayan visto algunas de las muchas películas del “Oeste”, que el Cine nos ha proporcionado. El Colt, que debe su nombre a su inventor, el estadounidense Samuel Colt (nacido en Hartford, Connecticut, en 1814), junto con el famoso rifle Winchester son las armas que conquistaron el Oeste americano y que utilizaron, tanto aquellos que infringieron la ley y el orden, como quienes pretendieron evitarlo en este salvaje territorio de la Norteamérica del siglo XIX, cuya vida y costumbres siguen atrayendo el objetivo de la Gran Pantalla, como lo han hecho las recientes películas de este género del western, estrenadas este mismo año 2016: “Los odiosos ocho” (Quentin Tarantino, 2015) y “El renacido” (The Revenant) de Alejandro González Iñárritu (2015).
I. LA LEYENDA DEL FAR WEST DE HOLLYWOOD
El Western es un género cinematográfico, característicamente estadounidense, en el que la acción, el ambiente y los personajes se corresponden con el movimiento de emigración que efectuó un gran número de personas hacia el Oeste norteamericano entre los años 1840 y 1900, y que ha generado los estereotipos más característicos de los Estados Unidos, extendidos por todo el mundo. A lo que también han contribuido populares series de televisión sobre esta temática, como en España fueron: Bonanza, el Virginiano, Caravana etc. Todos tenemos en nuestra retina nombres como los de John Wayne, Gary Cooper, Henry Fonda, Kirk Douglas, Paul Newman, Glenn Ford, Clint Eastwood, James Stewart, Lee Van Cleef o Randolph Scott, con sus sombreros de alas dobladas hacia arriba, chaleco, pañuelo al cuello y el revólver a la cadera, interpretando papeles de aguerridos vaqueros, sheriffs o forajidos. Este género cinematográfico es, con diferencia, el que ha generado más películas a lo largo de la Historia del CINE, habiendo hecho su aparición en 1903, con la película “Asalto y robo de un tren”, de Edwin S. Porter. De solamente 8 minutos de duración, esta película tuvo un gran éxito y contribuyó, de forma notable, a que el Cine se convirtiera en un espectáculo masivo. Desde aquella fecha hasta nuestros días se cuentan por millares las películas que se han rodado sobre esta temática. Y las imágenes que nuestro recuerdo tiene de estos innumerables Films del salvaje Oeste americano son de lo más variopinto, entre ellas, podemos citar como más significativas:
La imagen de los Pistoleros. Asesinos profesionales, que como todos los mercenarios, se ponían del lado de quien les hiciera la mejor oferta. Los contrataban los dueños de los ranchos para imponer sus intereses económicos sobre quienes se opusieran a ello; otras veces eran los propios vecinos de alguna población, que amedrentados por bandas de forajidos, procedían a contratar los servicios de estos personajes de pistola rápida y buena puntería. Hay muchas películas que abordan esta temática, entre ellas, la película “Raíces profundas” (George Stevens, 1953). En el Estado de Wyoming, a finales del siglo XIX, Shane (Alan Ladd), un hastiado pistolero, llega a la granja de los Starretts, un matrimonio con un hijo que, al igual que los demás campesinos del valle, se encuentra en graves dificultades, pues el poderoso ganadero Rufus Ryker (Emile Meyer) pretende apoderarse de sus tierras. Cuando Ryker se entera de que Shane es un hábil pistolero, le propone que trabaje para él, ante su negativa, contrata a Jack Wilson (Jack Palance), un peligroso asesino a sueldo. Esta película fue galardonada con el premio Oscar de 1954 a la mejor fotografía en color. La película “Los siete magníficos” (John Sturges, 1960). Los humildes habitantes de un pueblo mexicano, que viven modestamente de la agricultura, se hallan a merced de una despiadada banda de forajidos, que constantemente, les exigen un pago por sus cosechas; como ellos no saben defenderse, deciden contratar los servicios de siete pistoleros, implacables mercenarios cada uno con una habilidad especial en el manejo de las armas (Yul Brynner Steve McQueen, Charles Bronson son los protagonistas principales). La película “Joe Kidd” (John Sturges, 1972). Frank Harlam (Robert Duvall) es un rico aristócrata norteamericano que contrata los servicios de Joe Kidd, (Clint Eastwood), un pistolero errante, para que acabe con un grupo de bandidos mexicanos que asola la región.
La imagen de los Asaltos a bancos, trenes y diligencias. Como la que podemos ver en la película “Dos hombres y un destino” (George Roy Hill, 1969) Un grupo de jóvenes pistoleros se dedica a asaltar los bancos del Estado de Wyoming y el tren-correo de la Union Pacific. El jefe de la banda es el carismático Butch Cassidy (Paul Newman) y Sundance Kid (Robert Redford) es su compañero inseparable. La película fue galardonada, entre otros premios, con 4 Oscar.
La imagen de las Caravanas con sus interminables filas de carretas. Que hemos visto en películas como “Cimarrón” (Anthony Mann, 1960). Año 1889, millares de pioneros ansiosos de colonizar nuevas tierras se dirigen hacia el punto de partida de la gran avalancha que ha de abrir el territorio de Oklahoma a la civilización. Entre ellos, se encuentra Yancey Cravat (Glenn Ford) y su mujer Sabra (Maria Schell), que ha decidido dejar la ciudad y acompañar a su marido en esta aventura. La película “Caravana de mujeres” (William A. Wellman, 1951). A mediados del siglo XIX, un guía de caravanas (Robert Taylor) recibe el encargo de conducir a un grupo de mujeres desde Chicago a California. A partir de Independence (Missouri) tendrán que recorrer cinco mil kilómetros cruzando las montañas de Utah y el desierto californiano, en un viaje lleno de penalidades que constituye una auténtica odisea; el objetivo de la caravana es llegar a un valle habitado por un grupo de solteros solitarios que buscan esposa.
La imagen de los Indios. Los Sioux y sus famosos jefes Toro Sentado y Caballo Loco, los Cheyennes, con el afamado Jerónimo a la cabeza, los Arapahoes, los Navajos los Apaches etc. Son tantísimas las películas de los indios, que no es fácil indicar alguna como referencia; lo haremos con estas dos: la película “Murieron con las botas puestas” (Raoul Walsh, 1941). Al frente del Séptimo de Caballería, el Teniente Coronel Custer (Errol Flynn) se enfrentará a los indios de Caballo Loco (Anthony Quinn). La campaña termina con la famosa batalla de Little Big Horn (Montana, 1876) y la película “Un hombre llamado caballo” (Elliot Silverstein, 1970). En 1825, un aristócrata inglés John Morgan (Richard Harris) fue apresado y tratado como un esclavo por los indios Sioux, hasta llegar a convertirse en un guerrero más de la Tribu.
La imagen de los Bandidos y Forajidos. (Jesse James, Willi el Niño, Butch Cassidy, Crawford Goldsby, conocido como Cherokee Bill y un largo etcétera). Que han quedado perfectamente reflejados en múltiples películas del género, como. La película “El hombre que mató a Liberty Balance” (John Ford, 1962). Después de su celebrada llegada a una pequeña ciudad del oeste, un popular senador llamado Ransom Stoddard (James Stewart) relata la verdadera historia del hombre que mató al cruel forajido Liberty Valance (Lee Marvin), el terror de la zona. La película “Territorio de forajidos” (Tim Whelan, 1946). El valiente y honesto Sheriff Mark Rowley (Randolph Scott) se las ve y se las desea para librarse de una banda de forajidos que se han hecho fuertes en el territorio que vigila como sheriff. La película “El asesinato de Jesse James por el cobarde robert ford” (Andrew Dominik, 2007). Narra la historia del más famoso forajido del Oeste americano, el carismático e impredecible pistolero Jesse James (Brad Pitt), un bandolero sudista hijo de un predicador. La película “Pat Garrett y Billy the Kid” (Sam Peckinpah, 1973). William Bonney, conocido por todos como "Billy el Niño" (Kris Kristofferson), estando encarcelado en Lincoln, después de ser condenado a morir en la horca, logra fugarse. El sheriff Pat Garrett (James Coburn), que en otros tiempos cabalgó junto a él, será el encargado de darle caza.
La imagen de las Manadas búfalos. En las inmensas praderas de ese vasto territorio, que vemos en la fenomenal película “Bailando con lobos” (Kevin Costner, 1990). En plena colonización del Oeste (1785-1890), el teniente John J. Dunbar (Kevin Costner) se dirige a un lejano puesto fronterizo que ha sido abandonado por los soldados. A medida que avanzan los días, traba amistad con un lobo al que llama "calcetines" y que lo acompaña en sus patrullas, además de una relación amistosa con un líder Sioux llamado Pájaro Guía (Graham Greene). Así, Dunbar va conociendo más la cultura de su rival y descubre que la enemistad no debería existir entre ambos bandos. Esta película fue premiada con siete Oscar.
La imagen de los Vaqueros. Que vemos en películas como “La pradera sin ley” (King Vidor, 1955). Dempsey Rae ((Kirk Douglas) y su amigo Jeff Jimson (William Campbell), al que apodan "Texas", son vaqueros que viajan sin rumbo fijo hasta que un día deciden empezar a trabajar en un rancho. Lo acaba de comprar una ambiciosa mujer del Este, llamada Reed Bowman (Jeanne Crain) que pretende traer 5.000 cabezas de ganado para sumar a las 10.000 que ya tiene.
La imagen de los Ranchos de ganado. Que vemos en la película “Chisum” (Andrew V. McLaglen, 1970). Nuevo México, 1878, John Chisum (Wayne) es un hombre duro y emprendedor que, partiendo de la nada, llega a ser propietario de un vastísimo rancho ganadero en Lincoln (Nuevo México); le llaman el “El Rey del Pecos” porque las aguas de este río pasan por sus tierras, aunque él permite que las utilicen todos los granjeros del condado. La película está levemente basada en los eventos y personajes de la Guerra del condado de Lincoln de 1878, en el territorio de Nuevo México, en la cual estuvo envuelto Billy el Niño entre otros, que aparece en esta película como personaje secundario junto con Pat Garret.
La imagen de los Guías de ganado. Que tan bien se relata en la película “Río rojo” (Howard Hawks, Arthur Rosson, 1948). Terminada la Guerra de Secesión (1861-1865) y después de haber sobrevivido a una matanza de los indios, el ganadero Tom Dunson (John Wayne) y su hijo adoptivo Matthew Garth (Montgomery Clift) proyectan trasladar diez mil cabezas de ganado desde Texas hasta Missouri; nadie hasta entonces había intentado una operación de tal envergadura.
La imagen de los Fuertes militares. Como referencia la película “Río grande” (John Ford, 1950). Durante el verano de 1879, el teniente coronel Kirby Yorke (John Wayne) comanda una fuerza del ejército apostada en Río Grande, en la frontera de Texas, con el fin de defender a los colonos de los ataques de los apaches, sin disponer de medios suficientes para ello.
La imagen de la Fiebre del oro. Personajes lacónicos y barbudos buscadores de oro, que vemos en películas como “El tesoro de sierra madre” (John Huston, 1948). Fred C. Dobbs (Humphrey Bogart) decide ir a Tampico en busca de oro con la intención de dejar atrás la miseria. Emprende el viaje en compañía de otros dos vagabundos (Walter Huston y Tim Holt), pero la codicia y la envidia que surge entre ellos les creará poco a poco más problemas que cualquier otra dificultad del camino. La película “El árbol del ahorcado” (Delmer Daves, 1959). En la época de la fiebre del oro, a un poblado minero de Montana llega Joe Frail (Gary Cooper), un extraño y contradictorio médico sobre el que parece pesar un oscuro pasado.
La imagen de los Cazarecompensas, sobre los que existen muchas películas, como son: “El bueno, el feo y el malo” (Sergio Leone, 1966). Los protagonistas (Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef) son tres cazadores de recompensas que buscan un tesoro que ninguno de ellos puede encontrar sin la ayuda de los otros dos. Así que los tres colaboran entre sí, al menos en apariencia. La película “Cabalgar en solitario” (Budd Boetticher, 1959). Un cazador de recompensas (Randolph Scott) detiene a un joven (James Best) acusado de asesinato; durante el viaje a la ciudad donde debe ser juzgado, se les unen una pareja de pistoleros (Pernell Roberts y James Coburn) y una bella mujer (Karen Steele). Por el camino serán perseguidos por los indios y, además, por el hermano del detenido (Lee Van Cleef), dispuesto a liberarlo. “La muerte tenía un precio” (Sergio Leone, 1965). Dos cazadores de recompensas (Clint Eastwood y Lee Van Cleef), que buscan al mismo hombre deciden unir sus fuerzas para encontrarlo, aunque las razones que los mueven son completamente diferentes. Este spaguetti-Western es uno de los mayores éxitos del cine español de todos los tiempos. Fue la continuación natural de la película "Por un puñado de dólares" (Sergio Leone, 1964), de un año antes. También, podemos encajar en esta temática la reciente película de Quentin Tarantino, “Los Odiosos 8” (2015), que narra cómo en algún lugar de Wyoming, pocos años después de la Guerra Civil Norteamericana, ocho variopintos personajes se encuentran atrapados en un refugio en las montañas a causa de un gran temporal de nieve. Entre ellos, están el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell), conocido en esas tierras como "The Hangman" (El Verdugo), y su prisionera Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), que se dirigen hacia el pueblo de Red Rock donde Ruth pretende entregar viva a la fugitiva ante la justicia. En su camino se les une el Mayor Marquis Warren, (Samuel L. Jackson) que ahora se dedica a ser cazarrecompensas aunque fue soldado en el pasado, y que en cambio prefiere llevar a cuestas los cadáveres de unos fugitivos para cobrar por su recompensa. También se unirá a su viaje Chris Mannix (Walton Goggins), un joven cuyo padre luchó con los confederados, que afirma va ser el nuevo sheriff de Red Rock.
La imagen de los Duelos y los Tiroteos. Que están presentes en la mayoría de las películas del “Oeste” el más famoso y, además real, el O.K. Corral entre los hermanos Earp y Doc Holliday contra los Clanton y los McLaury, empezaron a dispararse unos a otros estando a unos 3 metros de distancia y se realizaron 30 disparos entre ambos grupos. Sólo Wyatt Earp salió ileso milagrosamente. El tiroteo en el O.K. Corral fue un suceso de proporciones legendarias que ha sido llevado al Cine en numerosos westerns; ocurrió cerca de las 14:30 del miércoles 26 de octubre de 1881, en un solar desocupado, detrás de un corral de la ciudad de Tombstone (en el Estado de Arizona).
La imagen de los Linchamientos. Como el que vemos en la película “Cometieron dos errores” (Ted Post, 1968). Oklahoma, 1889, unos hombres acusan injustamente a Jed Cooper (Clint Eastwood) de haber robado ganado y no dudan en ahorcarlo. En el último instante, lo salva un comisario que trabaja a las órdenes del juez Fentom (Pat Hingle). Aclarados los hechos y demostrada su inocencia, la misión de Cooper, nombrado sheriff, será capturar vivos a los que intentaron lincharlo para que sean juzgados.
La imagen de las Diligencias desbocadas. Que vemos en la película titulada, precisamente con este nombre “La diligencia” (John Ford, 1939). Un banquero, un doctor alcohólico, una prostituta, una embarazada y un sheriff inician un viaje cerca de la frontera con México y no exento de problemas, dado que según la radio el temible forajido Ringo Kid (Wayne) ha escapado de la cárcel armado y el indio Gerónimo y sus compañeros han sido vistos por la zona. La película tiene toda clase de subgéneros presentados entre escena y escena, con romances de por medio, un parto, enfrentamiento con los indios etc. El film obtuvo 2 premios Oscar, los Colonos
La imagen de las Venganzas. Como la que se nos relata en la fenomenal película “SIn perdón”. (Eastwood, 1992), que se alzó con 4 premios Oscar, destacando el de mejor película y mejor director. William Munny (Clint Eastwood) comparte protagonismo junto a Gene Hackman y Morgan Freeman, en una historia de pistoleros retirados que acuciados por sus dificultades económicas deciden defender el honor de unas prostitutas cuando un par de delincuentes desfiguran la cara de una de ellas.
Hay otras muchas imágenes que, sin duda, nos vienen a la mente cuando estamos leyendo estas páginas, como el Saloon; las Bailarinas; los Jugadores de póker; los Militares (el séptimo de caballería); el Pony Express, las Oficinas del telégrafo, el Ferrocarril, los Caballos, los Cuatreros, los Tramperos (Jeremías Johnson) y así hasta poder contabilizar cientos de estas imágenes, que han llegado a conformar auténticos estereotipos del viejo Oeste americano. Todas ellos forman parte de la conquista del “Oeste”, cuya historia queda reflejada en la película del mismo nombre “La conquista del Oeste” (Henry Hathaway, George Marshall, John Ford, Richard Thorpe, 1962). La película consta de cuatro episodios sobre la colonización del Oeste que tienen lugar entre 1830 y 1890. Es una superproducción, que narra las peripecias de diferentes generaciones de una misma familia: los Prescott, en su traslado de Nueva York a los Estados del Pacífico.
II. LA LEY Y EL ORDEN EN EL SALVAJE OESTE AMERICANO
La leyenda del “salvaje Oeste” de Hollywood, se centra en la época del 1830 a 1900, que ha pasado a la historia por ser una época muy violenta, donde primaba un enorme caos, siendo el respeto por la vida y la propiedad de las personas bastante escaso. La proliferación de armas, que formaban parte del atuendo habitual (nadie salía de casa sin llevar un arma colgada del cinto); el elevado consumo de alcohol y las frecuentes disputas entre gente desposeída y acostumbrada a la violencia, eran un caldo de cultivo muy propicio para que las ciudades ganaderas se convirtieran, cada vez que llegaban los vaqueros con su paga recién cobrada y que solían gastar en una sola noche, en lugares especialmente peligrosos. Los asesinatos, tiroteos y peleas estaban al orden del día y de la noche. Abundaban en estas localidades las salas de diversión, de ocio y de prostitución; que las convertían en lugares pensados para alegrar la vida en los que no era raro perderla. Son ciudades célebres de este salvaje “Oeste” las ciudades de Dodge City (en el Estado de Kansas), la de Tombstone (en el Estado de Arizona), fue en esta ciudad donde tuvo lugar el famoso tiroteo de O.K. Corral el 26 de octubre de 1881, cuando los hermanos Earp impusieron su dominio, la ciudad de Deadwood (en el Estado de Dakota del Sur), en esta ciudad encontró la muerte el legendario Sheriff Wild Bill Hickok, también la famosa Calamity Jane hizo presencia en ella, en el año 1876, con una caravana de prostitutas, la ciudad de Abiline (en el Estado de Texas), punto de embarque de reses en el ferrocarril del Pacífico en 1881. En estas ciudades vivieron y murieron muchos personajes del mítico “Oeste” con la pólvora en la sangre, concretamente en el cementerio “Boosts Hill” en Tombstone, es donde están enterrados más bandidos por metro cuadrado de todo el salvaje Oeste.
En estas ciudades el representante de la ley y el orden era el sheriff, cuyo trabajo, peligroso donde los hubiere, describen muchas películas, pues se tenía que enfrentar a los peores forajidos, que también iban armados y que no dudaban en disparar cuando pretendían imponer su voluntad. Normalmente, el apresamiento de algunos de estos maleantes movilizaba a sus secuaces a liberarlo por la fuerza, lo que ponía al sheriff y sus ayudantes en un evidente riesgo de perder sus vidas a manos de estas bandas de pistoleros. Estas situaciones las vemos en muchas películas, como más significativa la de “Rio bravo” (Howard Hawks, 1959), que cuenta magistralmente la historia del sheriff Chance (John Wayne) que encarcela por asesinato al hermano de un poderoso terrateniente que intentará liberarlo por todos los medios; para impedirlo, Chance cuenta con la colaboración de dos ayudantes: un alcohólico (Dean Martin) y un viejo tullido (Walter Brennan), a los que se une un joven y hábil pistolero llamado Colorado (Ricky Nelson). Todos ellos se encierran en la oficina del sheriff para impedir que el preso pueda ser liberado antes de que llegue la autoridad estatal para llevárselo a juicio. Con semejante argumento la película “El tren de las 3:10” (James Mangold, 2007), remake del film de 1957 de Delmer Daves. También, el Sheriff tenía que soportar las presiones de los ciudadanos honrados que cuando era detenido algún bandido, trataban de tomarse la justicia por su mano y no dudaban en llevarse al detenido por la fuerza para lincharlo, como podemos ver en numerosas películas, entre ellas en la película de “Horizonres del Oeste” (Budd Boetticher, 1952)
La figura sheriff es abordada el Cine con todo lujo de detalles, describiendo tipologías de lo más variadas, en algunos casos basadas en personajes reales, como son los casos de Ben Thopson, Wyatt Earp y Wild Bill Hickock, que ganaron su fama tratando de mantener la ley y el orden en esas ciudades que hemos referido, que atraían a multitud de empresarios y comerciantes, pero también a pistoleros, prostitutas, proxenetas y apostadores. Algunos de estos sheriffs, ellos mismos estuvieron al otro lado de la Ley y/o utilizaban la misma para su beneficio particular, como nos lo relata la película “Silverado” (Lawrence Kasdan, 1985). En 1880, cuatro hombres cabalgan por el polvoriento camino que lleva a la ciudad de Silverado, son los hermanos Emmett (Scott Glenn) el aventurero Paden (Kevin Kline) y un duro vaquero de raza negra. Al llegar, se encuentran con un ambiente hostil, su principal enemigo es el sheriff Cobb (Brian Dennehy), que es un viejo amigo de Paden, dueño del Saloon y un personaje corrupto, que aprovecha su puesto de Sheriff para incrementar sus oscuros negocios.
Otros sin embargo, son honrados empleados públicos, que por una escasa pega se juegan la vida, en ocasiones en solitario, como lo refiere la estupenda película “Solo ante el peligro” (Fred Zinnemann 1952). Will Kane (Gary Cooper), el sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio; pero, de repente, empieza a correr por el pueblo la noticia de que Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había detenido y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo junto con su banda de forajidos en el tren del mediodía para vengarse. Nadie en el pueblo está dispuesto a ayudar al sheriff. La película ganó cuatro premios Óscar y cuatro Premios Globo de Oro.
En otros casos la situación de desorden y caos de determinadas poblaciones obliga a sus vecinos a contratar los servicios de algún afamado sheriff, como es el caso del famoso Wyatt Earp, personaje real del que se han hecho varias películas, entre ellas la película la “Pasión de los fuertes” (John Ford, 1946), la película “Duelo de titanes” (John Sturges,1957) y la última sobre este personaje “Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp” (George P. Cosmatos, Kevin Jarre, 1993). En todas ellas se relatan, de una u otra manera, las andanzas de este personaje Wyatt Earp (Kurt Russell), que junto con sus dos hermanos, Virgil (Sam Elliott) y Morgan (Bill Paxton); y Doc Holliday (Val Kilmer), el 26 de octubre de 1881, hicieron leyenda al enfrentarse a los 6 hermanos Clanton y a Tom y Frank McLaury, en el O.K. Corral. La pelea acabó con tres vidas, pero no acabó con una de las enemistades más sangrientas en la historia del Oeste americano. También son contratados para pacificar la ciudad de Appaloosa, una ciudad sin ley que vive de las minas y que está dominada por Randall Bragg (Jeremy Irons), un despiadado y poderoso ranchero, el sheriff Virgil Cole (Ed Harris) y su socio Everett Hitch (Viggo Mortensen), que se nos narra en la película “Appaloosa” (Ed Harris, 2008).
Sin embargo, la responsabilidad del mantenimiento de la incipiente ley y orden en el salvaje Oeste no solamente recaía en esta clase de hombres armados (el Sheriff), también participan en esta labor los jueces, responsables de enjuiciar a quienes eran llevados ante la justicia por sus delitos. El tipo de justicia que estos variopintos funcionarios dispensaban era tan irregular cuanto más alejadas estuvieran las ciudades del Este civilizado. Muchos jueces, que eran a su vez comerciantes o ganaderos, tenían poca o ninguna preparación legal y a falta de locales adecuados, a menudo, desarrollaban sus juicios en tiendas o en el Saloon, sin mucho interés por administrar justicia; no era extraño ver el juez cortarse las uñas mientras oía un caso con los pies encima de la mesa y con el revolver al lado, o hacer un receso para aplacar la sed en el Saloon de al lado, con whisky claro está.
Estas enormes deficiencias no libraban a los acusados de recibir las más duras penas si eran encontrados culpables, pero tampoco impedía que muchos culpables salieran bien librados de juicios que resultaban ser farsas auténticas, donde el juez solía imponer las penas, a falta de un Código de leyes penales, blandiendo en su mano cualquier mamotreto que solía tener a su lado, como podía ser el Anuario de Correos. Esta extravagancia servía para revestir de legalidad lo que era un puro arbitrio; lo peor era que además estos jueces solían aceptar cohechos y utilizaban su autoridad para embolsarse las multas que imponían a los reos; así pues no era de extrañar que se cometieran muchos injusticias, lo que, por otra parte, estaba asumido y así cuando colgaban a un inocente, lo que se descubría cuando aparecía el verdadero culpable, en la tumba se le imponía una improvisada lápida que decía “ahorcado por error” (hanged by mistake).
Unos de estos jueces, muy afamado por sus extravagancias, fue Roy Bean personaje real, la encarnación más pintoresca de la improvisada justicia que se impartía en el Oeste. La historia de este juez, se narra en la película “El juez de la horca” (John Huston, 1972), la cinta está protagonizado por Paul Newman y cuenta la historia de la vida del juez Roy Bean, un forajido que harto de deambular por el Far West, recala en la ciudad de Vinneganon (Texas) y tras una serie de vicisitudes, logra erigirse en ella como "la justicia al oeste de Pecos" y convertir un prostíbulo en su peculiar Juzgado. Absolutamente lego en estudios jurídicos, se jactaba de conocer muy bien las leyes, porque las había quebrantado todas a lo largo de su vida y presumía que sólo necesitaba un revólver y una soga para hacer justicia. Uno de los fallos judiciales más extravagantes que se le atribuye a este juez, fue en 1870, cuando un irlandés fue acusado de asesinar a un obrero chino, el juez después de buscar en su libro de leyes precedentes legales aplicables cerró el caso diciendo que había muchos precedentes sobre asesinatos, pero ninguno sobre el asesinato de un chino.