terça-feira, 23 de setembro de 2014

Cómo se previene el crimen


Cómo se previene el crimen

Aunque la figura del criminólogo en nuestro país ha adquirido una no demasiado positiva popularidad gracias a ciertas series televisivas -pues en muchas ocasiones se nos confunde con los criminalístas-, cada vez tenemos más oportunidades de hacernos oir a través de las redes sociales y los blogs personales, con lo que se va relacionando al criminólogo con labores más parecidas a las que debe desempeñar profesionalmente en la realidad, como son el estudio y la prevención del crimen.
Seguramente alguna vez hemos mencionado a modo de resúmen, que el criminólogo es aquél profesional que en la práctica se dedica a la prevención del crimen mediante investigaciones de campo y estudios de Criminología aplicada. Aunque el criminólogo tiene un campo de acción más amplio, ésta es una buena explicación para sacar a alguien de su error cuando cree que nos dedicamos a las ciencias forenses o que trabajamos en un laboratorio. Sin embargo, el hecho de mencionar la prevención del crimen puede dar lugar a nuevas preguntas que son más complejas de responder, como por ejemplo, ¿cómo se previene el crimen en la práctica?

Teniendo en cuenta que en España la Criminología todavía está 'despertando' y no cuenta con el respaldo institucional del que gozan otras profesiones, es difícil poner ejemplos concretos sobre prevención criminal, ya que los estudios sobre criminalidad en nuestro país son todavía muy escasos y tanto su desarrollo como posterior aplicación práctica se dan casi exclusivamente en el ámbito policial, con lo que la población general rara vez tiene conocimiento y/o acceso a los resultados obtenidos.

Esto no quiere decir que los criminólogos no estén preparados para acometer dicha tarea, sino que en la actualidad se trata de un colectivo profesional menos conocido de lo que creemos (especialmente por parte de nuestros dirigentes), y en general poco reconocido o en el que se confía poco, entre otras cosas, quizá porque la prevención del crimen no se encuentra entre las prioridades de los partidos políticos, no constituye una preocupación mayor al obtenerse sus resultados a medio-largo plazo, o los ciudadanos no la demandan por desconocer sus virtudes.

Entonces, ¿cómo se previene el crimen? Con este artículo pretendo, no sólo ofrecer ejemplos concretos a aquellas personas que deseen conocerlos, sino también ilustrar -si se me permite la expresión- sobre este tema a todas aquellas personas que ostentan la capacidad de actuación necesaria como para promover este tipo de medidas, espero que dándole la importancia que merece a la figura del criminólogo, que recordemos, es el único profesional que reúne la formación y conocimientos prácticos necesarios para estudiar el crimen e intervenir con el fin de reducirlo.

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Cuando hablamos de prevenir el crimen estamos hablando de hacerle frente a un problema multifactorial para intentar reducir su impacto en la sociedad mediante estrategias concretas, que deben atender a los diferentes factores (económicos, geográficos, sociales, ambientales, históricos,...) que hacen cada caso único.

No hay dos realidades criminógenas iguales, por lo que el primer paso de la prevención es el estudio y conocimiento de la realidad que nos ocupa, lo cual debe abordarse mediante una investigación de carácter independiente que permita evaluar el objeto de estudio usando una metodología rigurosa, cuya aplicación esté científicamente reconocida para tales usos.

Dependiendo del caso, puede ser interesante realizar un análisis prospectivo criminológico, en el que se tengan en cuenta los datos del pasado y el presente para poder adelantarnos a los acontecimientos futuros. Con un estudio de este tipo es posible determinar los patrones del delito en una determinada zona.

A modo de ejemplo, una zona deprimida de nuestra ciudad donde a causa de la crisis se han cerrado colegios, privatizado hospitales y hay unas altas tasas de paro, puede desarrollar un incremento de actividades relacionadas con el narcotráfico en un futuro a corto-medio plazo, dado que las personas en riesgo de exclusión que viven en esa zona necesitarán dinero rápido, “fácil”, como las ganancias que se pueden obtener del tráfico de drogas (aunque sea a pequeña escala).

El reciente caso de Gibraltar y el tráfico de tabaco es un ejemplo aún más concreto de esto, y seguramente un estudio prospectivo realizado antes de la crisis económica hubiera arrojado luz sobre una problemática que, aunque ya existía con anterioridad, ha aumentado debido al paro, con lo que se hubiera podido predecir para poder intervenir.
Teniendo en cuenta el elevado número de criminólogos que hay repartidos a lo largo y ancho de todo el territorio español, no sería descabellado aprovechar su formación y capacidades, sumados al conocimiento que tienen de su ciudad, la zona en la que residen y hacen vida, etc., con el fin de realizar este tipo de estudios.

Otra manera de estudiar la criminalidad con el fin de llevar a cabo programas de prevención, es realizar encuestas de victimación, que permiten, no sólo conocer el tipo de crímenes que tienen lugar en una determinada zona, sino acercarse a la cifra real de los mismos, pues este tipo de encuestas -que se pueden realizar de manera anónima-, permiten descubrir hechos delictivos que los ciudadanos no han denunciado, analizar el miedo al delito, etc.

El volúmen real de crímenes, es decir, el que existe aunque no conozcamos su número exacto, es conocido en términos criminológicos como “cifra negra” o “cifra oscura”, y no debe olvidarse que una encuesta de victimación nos permitirá acercarnos de forma aproximada a dicha cifra negra, pero nunca conocerla totalmente.

A modo de curiosidad conviene saber que la única encuesta de victimación a nivel nacional que ha tenido lugar en España hasta el presente, se realizó en junio de 1978 como una iniciativa del Centro de Investigaciones Sociológicas1.

Pese a que España es uno de los pocos paises europeos que cuenta con una carrera específica de Criminología, en la actualidad apenas se utilizan las encuestas de victimación (obviando tímidos intentos a nivel local); no se trata de una falta de preparación o dedicación por parte del colectivo de criminólogos, sino de una falta de interés institucional, ya que nuestros vecinos franceses no cuentan con estos estudios entre las carreras de sus universidades y ello no les impide realizar una encuesta de victimación a nivel nacional cada año desde 20072.


Dado que el fenómeno criminal es dinámico, no sólo cambia en función de la época, periodo o momento (esto es, atendiendo al factor temporal), sino que también se desarrolla de una u otra forma en función de las características geográficas, ambientales y situacionales (es decir, atendiendo al factor espacial). Existe toda una rama de especialización dentro de la Criminología, denominada Criminología ambiental, que es la encargada de estudiar el crimen teniendo en cuenta factores como las características geográficas de una zona, las horas de luz diurna, el clima,... entre otros.

El estudio criminológico ambiental de una determinada zona de la ciudad, no sólo puede ayudar a conocer sus puntos más criminógenos, sino que también puede ayudar a mejorarlos, por ejemplo, convirtiendo determinados pasadizos entre edificios en zonas privadas para los vecinos, remodelando un parque o adecuando el amplazamiento de su mobiliario urbano, etc.

Un estudio de estas características también puede realizarse de forma anticipada, es decir, durante la planificación de la construcción o ampliación de un barrio, evitando así invertir el dinero en la creación de lugares o elementos arquitectónicos que favorezcan la criminalidad.

Hay multitud de estudios criminológicos al respecto que se pueden consultar y cuya utilidad está empíricamente comprobada, por lo que el criminólogo también es un profesional a tener en cuenta durante la ampliación y mejora de las zonas urbanas.
No obstante, un estudio ambiental de estas características se llevó a cabo por parte del Ayuntamiento de Madrid sin contar con la colaboración de criminólogos. De dicho estudio surgió en 2007 el 'Atlas de la Seguridad de Madrid'3, un proyecto gracias al cual se remodelaron diversos parques de la ciudad atendiendo a varias premisas propuestas por la 'Escuela de Criminología de Chicago' (también conocida como 'Escuela de Criminología Ambiental' por ser un referente en esta rama).

Si bien hay más investigaciones y estudios que pueden llevarse a cabo antes de empezar propiamente a pasar de la teoría a la práctica, la prevención del crimen se hace inviable sin una base empírica en la que sustentarse (esto es, sin llevar a cabo la fase inicial de investigación).

La prevención no es una acción que pueda llevarse a cabo de una manera unilateral, sino que debe abordarse desde diversos puntos de vista y aplicarse sobre diversos agentes sociales, es decir, deben encargarse de ella varios tipos de profesionales cualificados y en ella deben tomar parte activa diferentes ámbitos como la justicia, la educación, etc., puesto que prevenir es trabajo de todos.

Todo ello requiere realizar un trabajo contínuo de concienciación de la sociedad, ya que el crimen no constituye simplemente un problema de seguridad, sino que está muy relacionado con resolver los problemas sociales que, en mayor o menor medida, nos afectan a todos; prevenir el crimen es una labor de la que deben respondabilizarse tanto el Gobierno como los agentes sociales a todos los niveles.

Podemos comparar la prevención del crimen con un entramado en el que es necesario que coopere y se coordine toda la comunidad, especialmente las fuerzas de la ley, los encargados de la educación de los menores y los criminólogos, profesionales que deben realizar una labor de seguimiento, evaluación y mejora contínua de aquellos programas de prevención que se estén llevando a cabo; éste último punto es muy importante de cara a adecuar las medidas adoptadas a raiz de las investigaciones previas, a la realidad a la que deben aplicarse.

Por lo tanto, la Criminología aplicada tiene un hueco en nuestra sociedad, aunque inicialmente pueda haber confusión entre la labor criminológica y la policial, presuntamente debido al desconocimiento del criminólogo como profesional; ésto genera un escollo a la hora de llevar a cabo labores de prevención criminal, dado que su trabajo debe pasar por orientar y servir de apoyo a los cuerpos policiales, encargados de la persecución del delito y de hacer cumplir la ley, con lo que puede decirse que el criminólogo debe realizar un papel coadyudante que mejore y complemente el servicio policial, aún cuando no forme parte de dicho colectivo.

Otra parte importante implicada en la prevención del crimen es el colectivo formado por educadores y maestros, así como el de los profesionales de los medios de comunicación, ya que la labor de todos ellos tiene una influencia directa sobre el control social.

La labor de prevención empieza realmente en la escuela, de la mano de lo que en Criminología se conoce como 'prevención primaria', y que plantea la importancia de un buen sistema educativo que fomente valores como la igualdad, la solidaridad, la empatía, la autoestima, el autocontrol, etc.

Un ejemplo concreto es el papel que puede desempeñar la educación en la violencia sobre la mujer, ya que con talleres de formación y sensibilización sobre este problema, se pueden prevenir desde la infancia futuras conductas de riesgo, tanto a nivel delictual como victimológico.

Por su parte, los medios de comunicación también deben tomar parte en las labores de prevención, siempre dejándose asesorar por expertos en el tema a tratar (violencia intrafamiliar, criminalidad serial, etc.) con el fin de no cometer errores de término, ofrecer una información rigurosa y fundada, y no alertar a la población de manera sistemática. Un buen entendimiento entre periodistas y policía es indispensable, sobretodo para que las campañas publicitarias de concienciación tengan un efecto positivo.

A modo de ejemplo se puede citar la campaña 'Ponle freno', destinada a reducir los accidentes de tráfico, sensibilizar a la población general sobre la importancia de la seguridad vial y educar a los más pequeños en esta materia; algunos colegios han realizado actividades formativas para sus alumnos en colaboración directa con agentes de movilidad y la Dirección General de Tráfico.

Una política de prevención del crimen a largo plazo implica un recorrido que deben realizar juntos todos aquellos colectivos de la sociedad que pueden ayudar a mejorarla, por lo que es una buena idea formarles al respecto y en cierta manera 'obligarles' a conocerse, poner sus puntos de vista en común y compartir información.

La colaboración entre diferentes colectivos profesionales puede perseguirse mediante la creación de 'Observatorios de la Criminalidad', en los que puedan participar desde policías hasta criminólogos, pasando por psicólogos, profesores, etc.

Es necesario establecer acuerdos de colaboración, de lo contrario el proyecto tiene muchas probabilidades de fracasar, dado que el crimen es un fenómeno multifactorial que debe observarse y estudiarse desde diversos puntos de vista; así, un observatorio formado únicamente por policías o por expertos en estadística que no realizan investigaciones de campo, no llegará muy lejos (es el caso del 'Observatorio de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid', cuya estructura y funcionamiento no han dejado de reformularse en los últimos años).

Si bien la figura del criminólogo sigue siendo inexistente en muchos de los citados ámbitos, y las investigaciones y estudios que realizan de forma prácticamente anónima muchos criminólogos tienen un reconocimiento y respaldo institucional del todo insuficiente, la prevención del crimen necesita de este profesional para poder desarrollarse de manera íntegra y eficaz.

Así lo demuestran organismos de referencia internacional como el 'International Centre for the Prevention of Crime' de Montreal (Canadá), el programa 'Crime Prevention Through Environmental Design' de Ontario (Canadá), el 'National Criminal Justice Reference Service' de Estados Unidos, o las Naciones Unidas, que dedican buena parte de su compendium anual a la prevención del delito.

Los estudios internacionales pueden servir de referencia a la hora de justificar, tanto la importancia de la prevención del crimen, como la inclusión de la figura del criminólogo en la sociedad, pero no debemos olvidar que cada país tiene una cultura y características diferentes, y es labor de los profesionales de cada uno de ellos el concienciar a sus dirigentes sobre los temas tratados, a fin de realizar investigaciones y crear medidas de prevención que se ajusten a la realidad de dicho país.

Para finalizar me gustaría puntualizar que la Criminología, al igual que ocurre con el fenómeno criminal, también está en constante evolución; poco a poco surgen nuevas formas de dar a conocer a la sociedad la figura del criminólogo, se crean nuevas ramas de investigación y aplicación, y la carrera sigue su andadura por las universidades de nuestro país en forma de grado oficial.

La problemática de las deficientes medidas de prevención criminal que tenemos en la actualidad va a cambiar algún día, y como profesionales debemos estar ahí para responder cuando se nos necesite, lo cual implica seguir formándose, evitar que nuestros conocimientos se oxiden y por supuesto, poner lo que podamos de nuestra parte para ayudar a que esta realidad cambie: el criminólogo es el profesional mejor preparado para el estudio del crimen y la creación de propuestas que ayuden a prevenirlo y reducirlo; no permitamos que quede en el olvido.


 Criminología y Justicia  . Posted: 17 Sep 2014

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