El pasado Jueves y Viernes días 27 y 28 de Septiembre se celebró en la Facultad de Derecho de la Universitat de Barcelona el seminario de Neurociencia y sistema penal, en el que renombrados ponentes de campos vinculados al Derecho y a la ciencia médica intentaron dar respuesta a varias cuestiones de gran calado en el mundo jurídico.
Los estudios en neuroimagen han aparecido en el ámbito jurídico penal como una asombrosa herramienta que ayuda a comprender los procesos mentales que se dan en personas que han cometido delitos especialmente graves para hallar un factor diferencial que explique conductas como, por ejemplo, el abuso sexual infantil.
Los psicólogos buscan sin descanso encontrar las operaciones mentales que suceden en un pedófilo a la hora de llevar a la acción sus deseos. La influencia de elementos químicos es evidente, pero las motivaciones siguen siendo lo suficientemente oscuras como para no poder reducir esas necesidades criminógenas en el pedófilo delincuente. El objetivo primordial para los psicólogos es establecer una relación entre mente y cerebro mediante evidencias empíricas, pues es el único modo de llegar a una conclusión plausible. En este primer artículo sobre neurociencia, trataré de transmitir la luz arrojada por los ponentes sobre esa región de claroscuros conceptuales que encontramos, hoy en día, ante el concepto de mente frente al de cerebro.
De todos es sabido que el comportamiento delincuencial responde a una conducta, y que estas conductas pueden ser voluntarias o involuntarias. El Doctor Óscar Vilarroya, Director de la Unidad de Investigación en Neurociencia Cognitiva de la UAB (Universitat Autònoma de Barcelona), ponía de relieve la importancia del concepto de persona y su conocimiento de los sesgos y predisposiciones a la hora de llevar a cabo una acción asocial. Esta clase de decisiones se toman tras un seguido de operaciones que se procesan depués de recibir un estímulo y antes de que se dé un resultado.
Para la neurociencia, estas operaciones se elaboran en una gran red de conexiones neuronales dentro de un objeto físico llamado cerebro. Así pues, el concepto mente es, en palabras del señor Vilarroya, “un epifenómeno del cerebro”, algo que de produce dentro de un órgano físico, admitiendo que todavía faltan datos para verificar esa afirmación. La mente se caracteriza por ser, según los científicos, un constructo hipotético.
En relación a esta postura se encuentra la idea de la mente como fenómeno por el que se crean ideas, pensamientos yfantasías; fenómeno que, para algunos, todavía no puede supeditarse a la actividad cerebral a secas. Y es que ¿Cómo convertimos un pensamiento en fantasía o imaginación? Algunos psicólogos consideran que se abusa de las afirmaciones neurocientíficas acerca del funcionamiento del cerebro y del comportamiento en general.
Si bien es cierto que ni la psicología ni la neurociencia han aportado datos concluyentes sobre el proceso que pasa entre fantasía e idea, psicólogos como el Doctor Andrés Pueyo, Catedrático de Psicología de la Personalidad en la UB (Universitat de Barcelona) apoyan una relación entre aquello que se genera en la mente y lo que se genera en el cerebro: “La prueba (no definitiva) de que cerebro y mente tienen relación es que los avances en neurociencia consolidan algunos descubrimientos psicológicos”.
La conclusión:
La neurociencia ha protagonizado un salto cualitativo en la investigación de los procesos neuronales que intervienen en la conducta humana. Además, descubrimientos en neurociencia han reforzado otros hallazgos que anteriormente había constatado la psicología y, en el caso de la delicuencia, la Psicología del Comportamiento.
El problema aparecería en el instante en el que ciertos procesos de razonamiento, por no ser aún comprendidos o resueltos, se supeditaran a un elemento endógeno pero completamente autónomo del cerebro (la mente); no en vano las tomografías axiales computerizadas (TAC), tomografías simpes por emisión de fotones (TSPEC) u otras herramientas de diagnóstico neurocientífico aportan datos importantísimos sobre qué ocurre en el cerebro en determinadas ocasiones.
En definitiva, tomando el ejemplo sobre las operaciones mentales que rigen el comportamiento de un pedófilo :Sabemos qué procesos bioquímicos se desencadenan, pero no qué le sigue motivando a delinquir. Por eso, es imprescindible seguir aglutinando esos procesos que no somos capaces de vislumbrar dentro del constructo al que llamamos mente.
Datos de interés sobre las personas mencionadas
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