quinta-feira, 29 de outubro de 2015

10 cosas que puedes hacer para ayudar a la Criminología. 1: Pienso, luego soy criminólogo

osted: 28 Oct 2015 02:28 AM PDT
10 cosas que puedes hacer para ayudar a la Criminología. 1: Pienso, luego soy criminólogo
"Cada minuto muere una criminología por falta de cuidados". "Cientos de miles de criminologías  son abandonadas al año en nuestro país". "Tolerancia cero ante el maltrato a la criminología"... Vale, a lo mejor son eslóganes un poco exagerados , así que voy a enfocar este artículo de otra manera.
¿Alimentas correctamente a tu criminología, o eres el responsable de sus carencias nutricionales?. ¿Ayudas con tu actitud a su correcto desarrollo, o eres de los que la debilitan con pensamientos y actitudes de los que te gustaría deshacerte? ¿Sigues con interés el crecimiento de tu criminología, o delegas en los demás?
Nuestra querida Criminología, no puede crecer sola. Necesita de todos nosotros para poder desarrollarse, y dado que en su día la elegimos como carrera, ahora no podemos desentendernos de nuestro papel de "progenitores". Además de cuidar entre todos de la ciencia con mayúsculas (la Criminología), cada uno de nosotros debe atender a su pequeña criminología, esa visión personal y muchas veces intransferible, que cada criminólogo lleva en su interior, y que muchas veces desatendemos pensando que se cuidará sola...
Todavía no tenemos una varita mágica que solucione todos los problemas de nuestro gremio, pero mejor así: no hay nada como responsabilizarse de las acciones de uno mismo para mejorar, nada como saber que el poder para cambiar aquello que no nos gusta está dentro de nosotros, y nada como comprender que en cualquier momento podemos decidir sobre nuestro futuro como criminólogos. No necesitamos una varita mágica, ¡necesitamos adoptar actitudes que nos lleven en la dirección deseada!
Hay una famosa frase que dice que "cuando nada es seguro, todo es posible", así que así estreno esta serie de 10 capítulos en la que compartiré 10 cosas que todos podemos hacer para ayudar a la Criminología (tanto la disciplina general, como la particular); al fin y al cabo, hay un mundo de posibilidades por descubrir.
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1. Deja de repetirte lo negativo y empieza a repetirte lo positivo:
En menor o mayor medida, todos hemos pasado por esas épocas en las que hechos como NO trabajar de criminólogo o NO ver avanzar el reconocimiento de la profesión, se han ganado toda nuestra atención. Lo cierto es que prestar atención a cosas que no nos llevan a ninguna parte es un desperdicio de energía y recursos emocionales que normalmente tiene como principal consecuencia la adopción de patrones mentales negativos. Ya sabemos que las cosas no van todo lo rápido que quisiéramos, pero precisamente por eso, quizá sea hora de decirle a ese tipo de pensamientos "decidme algo que no sepa".
Empieza a pensar en lo que quieres ser y en lo que quieres hacer. Ya sabes que hay dificultades y fracasos en esta vida, y te garantizo que eso es todo lo que tendrás si no lo dejas de lado por un momento y empiezas a pensar en las cosas que quieres conseguir.
De igual modo, intenta evitar "sumideros de energía" (discusiones y debates que no llevan a ninguna parte, personas que te hunden con sus visiones catastrofistas de la vida del criminólogo, etc.) Por poner un ejemplo concreto, cuando alguien te confunda con los de CSI, no te indignes y bases todo tu discurso en la negación de este hecho, o en intentar corregir esa visión errónea: deja algo de energía para comentar algo que SÍ hacemos los criminólogos. La persona a la que tratas de sacar de su error se va a marchar más convencida si tiene algo nuevo en lo que pensar, por ejemplo que los criminólogos también nos encargamos de las víctimas o que estudiamos sus relaciones con los agresores (criminodinamia). Y ¿a que eso no lo hacen los de CSI? Siempre es más sencillo implantar algo nuevo y curioso, que esforzarse en eliminar una idea arraigada. Aprovecha los vientos a tu favor y no malgastes energía intentando ir en su contra.
Siguiendo con el asunto de pensar, cuanto más pienses en lo que SÍ quieres, más motivos tendrás para ponerte en marcha y para mantenerte motivado mientras persigues tus objetivos. ¿Recuerdas la razón por el que Alicia entró en la madriguera hacia El País de las Maravillas? ¡Por un conejo blanco! Toda esa aventura fue sólo por un conejo... Y es que a veces un pequeño pensamiento puede provocar una avalancha de acontecimientos a nuestro alrededor.
La Criminología necesita gente dispuesta a comerse el mundo por ella, de la misma manera que tu criminología no se merece ese trato degradante al que a veces la sometes. No puedes permitir que la disciplina se marchite dentro de ti por tener una actitud negativa, entre otras cosas porque es un desperdicio que tengas conocimientos sobre un tema tan interesante y no puedas aprovecharlos por falta de motivación o de perspectiva. Imagino que no hiciste la carrea para eso, ¿verdad? Pregúntate para qué hiciste trabajar a tus profesores, ¿crees que esperaban de ti que no pudieras utilizar nada de lo que te enseñaron?
Empieza por cambiar lo que piensas: piensa en lo que quieres ser, piensa en lo que quieres conseguir, piensa en cómo lo vas a lograr, piensa en lo que te gustaría, piensa en dónde quieres acabar... A veces pongo un ejemplo un poco exagerado a mis conocidos, y es que seguro que no quieren morir un día y pensar "¡pude ser X pero no lo intenté lo suficiente!" Sustituye esa X por la palabra "criminólogo" y a lo mejor la frase te dice algo más. Nadie quiere dejar este mundo pensando que fracasó a la hora de desarrollar su vocación, o al menos de hacer todo lo que pudo para conseguirlo; debe ser terrible tener que enfrentarse al hecho de saber que pudimos hacer más pero, por el motivo que fuera, decidimos no hacerlo.
Bueno, quizá no haga falta ponerse tan dramático, y por eso precisamente estás de suerte: ¡todavía puedes rectificar! En este preciso instante puedes cambiar la manera en que estás pensando, puedes empezar a visualizarte donde quieres estar, y puedes dejar de lado la visión catastrofista, porque esta última sólo vale para una cosa: para que sigas estancado, y para que sigas pensando que "otros lo harán, pero yo no". Quítate esas ideas de la cabeza porque ninguna ciencia salió adelante gracias a un atajo de fracasados que no hacía más que ponerse obstáculos a sí mismos (siento si suena un poco crudo). Las ciencias como la nuestra necesitan a luchadores, y nadie dice que sea fácil, pero es un reto, y a veces los retos son divertidos (sino nadie jugaría a videojuegos). Es un camino en el que no estás solo, ya que puedes compartir actitudes y pensamientos positivos con otros criminólogos, y te aseguro que se valorarán más que aquellos que son negativos, "los de siempre".
¿Te planteaste alguna vez que quizá estemos como estamos por la actitud que hemos tenido? ¿Y si nos fuera mejor siendo más positivos? ¿Y si es esta actitud derrotista la que no permite a la Criminología avanzar todo lo deprisa que podría? Piensa qué es lo que querrías para tu criminología (quiero saber más, quiero ser capaz de tener más ideas, quiero ser mejor en X campo, quiero mejorar mis conocimientos sobre Y, quiero aprender Z, quiero ser como ese criminólogo que...) Es muy sencillo: piensa, pero hazlo en positivo, de forma constructiva o dándole más importancia a aquello que te motiva.
El primer paso para ayudar a la Criminología como disciplina es tener una actitud positiva, constructiva y luchadora. Piensa en todas las personas que consiguieron crear un Colegio Profesional, porque han tenido que perseverar y trabajar muy duramente durante años (sí, años), sin saber si finalmente conseguirían su objetivo, ¡pero eso no les derrotó! ¿Será porque la motivación de tener un Colegio era más fuerte que todas las dificultades que encontraron en el camino? Si todas esas personas hubieran pensado desde un principio cosas como, "es imposible", "no lo conseguiremos nunca", o "no vale la pena", el resto de criminólogos jamás hubiéramos  visto un Colegio Profesional.
En definitiva, la Criminología avanza cada vez más gracias a las personas que luchan por sus objetivos, y a las que tienen una visión positiva acerca de su futuro (os recuerdo que en apenas dos años, se han creado dos Colegios de criminólogos, en la Comunidad Valenciana y en Asturias respectivamente).
Vale, pero ¿y qué pasa con la criminología de cada uno de nosotros? ¿También necesita crecer? La respuesta es sí. Aunque ya no seamos estudiantes, y aunque no trabajemos de criminólogos, conviene mantener "la fogata encendida". Es bueno seguir leyendo, seguir recordando cosas que nos gustó estudiar, o formarnos más, para no perder la criminología que hemos conseguido aprender.
Me gusta usar el ejemplo de que todos somos padres y madres que hemos adoptado esta disciplina al escogerla entre muchas otras, porque cada uno necesita darle a su criminología dos cosas fundamentales: alimento y educación.
Son dos necesidades que van muy unidas y sin las cuales, nuestra criminología no puede crecer de una manera productiva.
- El alimento es lo que mantiene la "llama viva", bien sea en forma de motivación, de lecturas interesantes, del estudio de nuevos temas o el recuerdo de otros, de debates con compañeros... Hay cantidad de cosas que se pueden hacer para mantener a nuestra criminología bien alimentada, y lo mejor es que hoy en día podemos incluso hacerlo durante nuestro tiempo libre (series, cine, literatura o artículos de divulgación, etc.) Es realmente difícil matar a nuestra criminología de hambre cuando hay tantas cosas a nuestro alrededor que nos pueden servir para mantener aunque sea una pequeña "brasa" encendida en nuestro interior, que no nos haga perder el interés por completo.
- La educación va muy ligada al punto anterior en el sentido de que nuestra criminología necesita que le transmitamos motivación y seguridad para crecer. Imagina que crías a un hijo enviándole continuamente mensajes del tipo, "no llegarás a ninguna parte", "no se puede hacer nada", "no hay salida", "no eres lo suficientemente bueno", "debí haber hecho otra carrera"... No es agradable, ¿verdad? Pues esos son todos los mensajes que le envías a tu criminología y que te envías a ti mismo cada vez que eres pesimista o cada vez que piensas en lo desdichado que eres.
                Las personas bien educadas no sólo saben guardar las formas o tienen modales, sino que también tienen una serie de cualidades humanas que son necesarias para desenvolverse bien en sociedad. Si imaginas a tu criminología como un pequeño niño salvaje que nunca tuvo la suficiente atención, el suficiente cariño o la suficiente disciplina, quizá entiendas porqué es necesario reforzar la idea de que los criminólogos valemos mucho. No somos profesionales inferiores a otros, simplemente somos diferentes a nuestra manera, y tenemos que aprender a sacar partido a esas diferencias para encontrar nuestro lugar en el mercado laboral.
Si tu criminología está teniendo un desarrollo inferior a la de otros compañeros o tiene una autoestima tan pobre que ni siquiera se considera capaz de ocupar un puesto de trabajo digno, quizá sea el momento de hacer balance, y de aplicar esa frase que dice que "obtienes lo que das", porque como sucede con muchas otras cosas, cuanto más le das a la criminología, más cosas te devuelve.
Sólo si te responsabilizas de tu situación personal como criminólogo y dejas de culpar al mundo, empezarás a dejar de lado actitudes que sólo te mantienen estancado. La culpa, los remordimientos y la descalificación personal no te van a convertir en el profesional que quieres ser.
Ya tenemos mucha gente capaz de señalar los problemas del gremio y del desarrollo de la disciplina, pero ¿cuántas personas conoces que propongan soluciones o que intenten llevar a cabo tareas constructivas? Convertirte en una de esas personas es la mejor inversión que puedes hacer si quieres ayudar a la Criminología y quieres ayudarte a ti mismo.
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Continuará en el Capítulo 2.

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