Posted: 09 Jun 2015 12:30 AM PDT
DACRIM empezó su andadura hacia finales de diciembre de 2014, con la publicación de su página web, y principios de enero de 2015, con la inauguración del despacho físico.
Pero ¿qué es exactamente DACRIM? Empezaré por relatar brevemente la gestación del proyecto que hoy, ya es una realidad.
Nuestra historia comienza con la iniciativa de una criminóloga y abogada llamada Iciar Iriondo, que estaba empeñada en desarrollar en Madrid un proyecto empresarial relacionado con la Criminología.
Ella fue la encargada de dar con los criminólogos que hoy componen el equipo de DACRIM, “fichajes” que comenzaron allá por septiembre del año pasado, y entre los que figuran Jose Manuel Moreno -que ha trabajado como criminólogo tanto en España como en México-, Julio Prada -que además es Policía Municipal y asesor de nuestro Departamento de Formación- y una servidora (curiosamente, todos ex-alumnos de la Universidad Camilo José Cela de Madrid, aunque no todos coincidimos durante nuestros estudios).
DACRIM es un Despacho de Criminología formado íntegramente por criminólogos, todos apasionados de nuestra profesión, que queríamos invertir nuestro esfuerzo y nuestros conocimientos en algo eminentemente práctico, o lo que es lo mismo, desarrollar el ejercicio libre del criminólogo, y trasladar a la realidad esos hipotéticos puestos de trabajo que los integrantes de este gremio deberíamos tener.
Mucha gente se pregunta qué es lo que hacemos en DACRIM, y para explicar esto lo mejor es recurrir a la etimología, dado que el nombre del Despacho, viene precisamente de “Desarrollo y Análisis Criminológico”, que es exactamente a lo que nos dedicamos: por un lado desarrollamos proyectos propios basados en ideas e ilusiones que albergamos como profesionales, y por otro lado analizamos casos desde un punto de vista criminológico.
Desde un primer momento estuvimos de acuerdo en que debíamos intentar desarrollar varios departamentos al mismo tiempo, pues no queríamos centrarnos sólo en un aspecto profesional de la Criminología, ya que ésta, siendo una disciplina tan amplia y con tantas posibilidades por explotar, se vería muy limitada si nos centráramos sólo en la formación o las periciales.
Por otro lado, somos un equipo que se complementa muy bien, pues además de que todos somos Licenciados en Criminología, cada uno contamos con una formación o experiencia profesional adicionales: Iciar es abogada, Julio es Policía, Jose ha trabajado en un centro de menores en España antes de iniciar su andadura por México, y yo tengo una doble titulación en Criminalística.
Es por ese motivo que desde un primer momento, contamos con un Departamento de Criminología Ambiental, otro de Consulting, y otro de Formación.
Me gustaría destacar que nuestro Departamento de Criminología Ambiental se está ampliando cada vez más, hasta el punto de que ahora mismo estamos llevando a cabo dos proyectos en este campo: uno está relacionado con la Prevención del Crimen mediante el Diseño Ambiental o CPTED (Crime Prevention Through Environmental Design), en el cual estamos colaborando con arquitectos, y que pretendemos presentar al Ayuntamiento de Madrid en breve, y el otro tiene que ver con la Prevención Situacional del Crimen, y para desarrollarlo hemos conseguido la colaboración de una Asociación Internacional de ciclismo y motorismo de montaña.
No obstante, y lo que mucha gente se pregunta, es si estamos facturando por todo nuestro trabajo, a lo que voy a responder de manera muy clara: esto no es una ONG, pero somos realistas, y conscientes de que comenzar a levantar un despacho de este tipo desde cero, sin referencias, y en Madrid, donde hasta ahora no hay antecedentes de algo parecido, es muy complicado.
Para empezar, hemos tenido que crearnos una cartera de contactos a base de ofrecer colaboraciones que beneficien a ambas partes, aunque inicialmente esa retribución no fuera económica.
No todo es el dinero en un despacho de criminólogos, porque también se necesita publicidad y oportunidades. ¡Y nadie te da una oportunidad sin experiencia!
Por eso hasta ahora hemos trabajado a cambio de demostrar lo que podemos hacer, y por el momento, no nos va nada mal; hemos conseguido experiencia en campos que hasta ahora nunca habíamos trabajado en la vida real, lo cual nos ha permitido experimentar pequeños logros profesionales como los siguientes: hemos analizado una zona de la ciudad desde el punto de vista de la Criminología Ambiental, hemos entrevistado a vecinos para obtener datos cualitativos, hemos revisado un informe de seguridad del Ayuntamiento, y hemos elaborado un informe criminológico capaz de paralizar un juicio.
Pero estaba claro que era cuestión de tiempo que apareciera el que iba a ser nuestro primer caso remunerado, y es que no hemos parado de movernos en estos últimos meses: de mandar e-mails, de ir a eventos, de entregar tarjetas de vista y de tirar de los contactos que teníamos para conseguir nuestro objetivo, que no es otro que trabajar como criminólogos.
Ese sueño se ha cumplido recientemente, y aunque no podemos revelar nada por motivos evidentes, puedo decir que estamos ganando una experiencia y un ritmo de trabajo en equipo que son impagables.
Al margen de nuestra actividad, también hemos establecido una metodología de trabajo y un buen hacer que nos caractericen, por lo que llevamos nuestra dedicación con absoluta discreción -hasta tenemos contratos de confidencialidad-, y nos atenemos a la deontología existente mientras seguimos esperando a la creación de un Colegio Profesional en Madrid.
Queremos llevar la Criminología al nivel que se merece, pero también queremos posicionarnos en el mercado laboral sin que parezca que somos una amenaza para otros profesionales con los que podemos -¡y debemos!- formar un buen equipo.
Es por ello que también hemos abierto un Departamento de Psicología Clínica para los casos en los que necesitemos la ayuda de un psicólogo, y de eso se encarga nuestra colaboradora Lorena Atienzar, que además trabaja en un centro de menores infractores.
En cuanto a la filosofía de trabajo, procuramos reunirnos una o dos veces por semana en el Despacho, y como las responsabilidades van en aumento, estamos a punto de crear una intranet que nos permita trabajar de forma más dinámica y segura cuando no estemos reunidos físicamente.
Por ahora yo me encargo de lo referente a nuestro espacio web, gestión del servidor, etc., así que esto también es un reto técnico que me está aportando una experiencia muy valiosa.
Mientras empezamos a movernos entre bambalinas judiciales y seguimos adelante con nuestros proyectos de Criminología Ambiental, empieza a ponerse en marcha nuestro Departamento de Formación, ya que estamos preparando un curso para impartir a las universidades que estén interesadas, en el que básicamente desarrollamos las estrategias que usamos como equipo de trabajo (cómo confeccionar un buen informe criminológico, qué especialidades y habilidades podemos desarrollar como criminólogos, cómo hacer contactos y explicar a la gente lo que somos, etc.)
Si todo marcha según lo previsto, nos estrenaremos como ponentes en Julio, y estoy segura de que a los recién graduados les hará mucha ilusión ver que hay esperanza más allá de los estudios, y que se puede sacar adelante un Despacho de criminólogos con paciencia, mucha ilusión, un buen equipo e ideas originales.
Como he comentado anteriormente, la Criminología tiene muchísimas posibilidades, y está en nuestra mano desarrollarlas e implantarlas; puede que no haya nada “hecho”, pero eso implica que tampoco hay limitaciones. Si creemos en lo que hacemos, y somos capaces de trasladarlo a un buen informe, podemos convencer de nuestra utilidad a más gente de la que creemos.
Cada día que nos reunimos en el Despacho se nos pasa el tiempo más deprisa, porque cada vez tenemos más puntos del día que tratar, más informes que presentar y más planes que poner en orden.
Estamos lejos de ser una empresa con capacidad para contratar a otros criminólogos, pero mientras tanto hacemos todo lo posible por ser buenos profesionales, aplanar el terreno a los que vienen detrás, y hacer de la Criminología una profesión normal, como cualquier otra.
En DACRIM tenemos un estándar de calidad bastante alto, somos gente exigente y hemos establecido una manera de actuar con nuestros clientes y colaboradores que nos distancie de esa imagen del criminólogo como un trabajador sin referencias ni experiencia, o como una persona dispuesta a hacer el trabajo de cualquier manera y a arrimarse al árbol que más manzanas tenga.
Nosotros somos un equipo independiente, que trabaja con su propio material -tenemos nuestros propios modelos de informes y presupuestos- y que no acepta o desarrolla proyectos de dudosa calidad sólo por el interés económico.
Queremos que la calidad sea el sello de nuestro Despacho, y lo tenemos en cuenta cada vez que nos sentamos alrededor de la mesa para barajar si una colaboración o un proyecto nos conviene o no: para nosotros la Criminología no puede ser sólo un negocio, también tiene que ser una vocación.
No hay nada más gratificante que saber que estás haciendo bien tu trabajo, que estás ayudando a gente y que estás mejorando la sociedad, aunque nuestra labor no tenga una influencia global, sí la tiene para personas concretas o para grupos de personas con las que trabajamos, y evidentemente, queremos que tengan una visión del criminólogo como un gran profesional, cualificado, volcado en su labor, comprometido con los problemas reales e independiente.
Todavía tenemos mucho por hacer y mucho que aprender, pero si hay un mensaje que queremos dejar claro es que vocación y trabajo deben ir de la mano en el caso de la Criminología; no podemos esperar ser grandes profesionales si no nos apasiona lo que hacemos, o si no nos importa dar una imagen cuestionable.
Presentarse como un Despacho de Criminología es una gran responsabilidad, porque aunque seamos sólo cuatro criminólogos, sentimos que estamos sentando una base para que el colectivo sea conocido por lo que hace y por cómo lo hace, y queremos que se nos reconozca y respete por ello.
A través del Proyecto MEC he tenido la oportunidad de conocer a otros compañeros que se han lanzado a la aventura de abrir un Despacho de Criminología en otros lugares de España, como Asturias, Barcelona, Valencia o País Vasco, y personalmente creo que todos tenemos una gran responsabilidad: ¡Aguantar como sea y dar lo mejor de nosotros mismos!
Estamos sentando precedentes en nuestras respectivas ciudades y podemos ser un modelo a seguir para los que vengan detrás.
Demos pues, un buen ejemplo de profesionalidad, y demostremos que se puede vivir de la Criminología.
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