Buenas a todos. Soy Rubén Sánchez y acabo de concluir mi diplomatura en criminología por la universidad de Salamanca. Este es el primer artículo que escribo y consideré necesario presentarme.
Recientemente he podido leer un artículo de mi compañero de profesión el Señor Buil Gil. En dicho artículo se hace mención a una serie de aspectos que me gustaría comentar detenidamente.
Estoy de acuerdo en varios aspectos de su argumento, como el hecho de que la criminología debe seguir evolucionando para hacerse hueco en esta sociedad que la necesita, pero que aún no lo sabe, y que será nuestra tarea hacer que abran los ojos.
Coincido también en que hay gente que dice ser criminólogo y no lo es en realidad, pero no por no tener un título en concreto, si no por las burradas que dicen tales como “querella criminal”, que me duelen los ojos solo de escribirlo aquí. Esta titulitis creciente no hace bien a la profesión del criminólogo, pues un criminólogo debe buscar formarse correctamente, y no acumular títulos de manera compulsiva como si mañana fuesen a cerrar la universidad olvidando lo que ha aprendido nada más salir por la puerta de la facultad.
Según este razonamiento habría que plantearse qué criminólogos de siglos anteriores vistos en la carrera tienen la licenciatura o el grado, pues muchos eran médicos o juristas, pero no criminólogos de profesión, y que de todas maneras se los considera en algunos casos padres de la criminología.
Estoy de acuerdo en que tener un grado es importante, yo mismo estoy intentando acceder a la adaptación al grado en este mismo momento, pero mis motivos son que un buen profesional nunca deja de formarse si es mínimamente exigente consigo mismo.
Con todos mis respetos hacia el Señor Buil, si solo considera criminólogos a aquellos que tienen una licenciatura o grado podemos concluir que siguiendo su propio razonamiento él no es criminólogo, pues hasta 2015 no recibirá el título que tanto ansía. Pero no es mi caso, yo considero criminólogo a aquel que no se canse nunca de estudiar criminología y que siempre busque una ampliación progresiva de sus conocimientos. Es por esto que al principio del artículo hago mención a él como compañero de profesión, porque aunque no tenga el título, su interés y dedicación a mis ojos ya lo hacen criminólogo, y no creo que necesite que un papel se lo confirme.
Un saludo y hasta pronto.
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