Hace una semana publicaba aquí mismo un artículo en el que invitaba a todos los criminólogos a llenar la red de contenido relevante, a mostrar nuestra presencia y nuestra voz. La viralización del mismo fue más allá de lo esperado, y han sido muchos los comentarios que he podido leer al respecto, muchos de los cuales me han animado a seguir reflexionando sobre esa necesidad. A la vez, me veo en la necesidad de aclarar algunos puntos que quizá no quedaron del todo claros.
Cuando apelo a la necesidad de inundar la red de contenidos criminológicos no quiero decir con ello que nos vayamos a ganar el pano que podamos rentabilizarlo de forma directa. Puede que alguno sí lo consiga, pero no así la gran mayoría. No hablo entonces de ganar dinero por generar contenidos, una confusión que quería aclarar.
Dicho esto, estamos hablando aquí de una obligación: debemos estar presentes, no tenemos otra opción. Aunque nos suponga un sobreesfuerzo, hemos de tomar conciencia de que estamos en una posición inferior respecto a otros grupos de profesionales, y de ahí que nos toque hacer ese trabajo extra. El objetivo es que esa relevancia en la red permita un impacto tal que derive en una visibilidad mayor tanto en los entes públicos como los privados.
¿La razón? El camino para hacernos un hueco dentro de los entes públicos es lento y con no pocas trabas burocráticas. En cambio, la red nos puede permitir llevar a cabo métodos originales y disruptivos que nos ayuden a acelerar nuestra posición social. No quiero decir con ello que abandonemos la engorrosa parte de reconocimiento dentro de nuestras instituciones públicas a través de los canales tradicionales. Se trata de algo inevitablemente necesario y que merece el mayor de los agradecimientos para los que están haciendo ese esfuerzo desde hace ya muchos años, pero no debiera ser ya nuestra prioridad.
Debemos estudiar detenidamente en qué ocupamos nuestro tiempo, y conocer bien cuáles son los lugares más adecuados para hacer llegar nuestro mensaje. Podemos seguir dando vueltas alrededor de nuestro círculo criminológico, o ampliarlo y abrir horizontes para hacerlo accesible. Para hacernos un hueco, nuestra sociedad debe conocer todas y cada una de las labores que podemos llegar a realizar, tanto en el ámbito público como en el privado. Cada vez más, las empresas tienen en cuenta nuestra marca en la red para seleccionar el personal, y quizá dar a conocer todas y cada una de nuestras actividades nos permita abarcar espacios laborales inexplorados por el criminólogo, o como mínimo tener la oportunidad de demostrar nuestro valor. No me cabe duda que lo tenemos, y que más temprano que tarde nuestro valor será reconocido.
Dicho esto, estamos hablando aquí de una obligación: debemos estar presentes, no tenemos otra opción. Aunque nos suponga un sobreesfuerzo, hemos de tomar conciencia de que estamos en una posición inferior respecto a otros grupos de profesionales, y de ahí que nos toque hacer ese trabajo extra. El objetivo es que esa relevancia en la red permita un impacto tal que derive en una visibilidad mayor tanto en los entes públicos como los privados.
¿La razón? El camino para hacernos un hueco dentro de los entes públicos es lento y con no pocas trabas burocráticas. En cambio, la red nos puede permitir llevar a cabo métodos originales y disruptivos que nos ayuden a acelerar nuestra posición social. No quiero decir con ello que abandonemos la engorrosa parte de reconocimiento dentro de nuestras instituciones públicas a través de los canales tradicionales. Se trata de algo inevitablemente necesario y que merece el mayor de los agradecimientos para los que están haciendo ese esfuerzo desde hace ya muchos años, pero no debiera ser ya nuestra prioridad.
Debemos estudiar detenidamente en qué ocupamos nuestro tiempo, y conocer bien cuáles son los lugares más adecuados para hacer llegar nuestro mensaje. Podemos seguir dando vueltas alrededor de nuestro círculo criminológico, o ampliarlo y abrir horizontes para hacerlo accesible. Para hacernos un hueco, nuestra sociedad debe conocer todas y cada una de las labores que podemos llegar a realizar, tanto en el ámbito público como en el privado. Cada vez más, las empresas tienen en cuenta nuestra marca en la red para seleccionar el personal, y quizá dar a conocer todas y cada una de nuestras actividades nos permita abarcar espacios laborales inexplorados por el criminólogo, o como mínimo tener la oportunidad de demostrar nuestro valor. No me cabe duda que lo tenemos, y que más temprano que tarde nuestro valor será reconocido.
Criminología y Justicia. Posted: 07 Feb 2013.
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