Como consecuencia se hace indispensable analizar la evolución de estos modos de interacción social desde un punto de vista criminológico, observando “¿Cómo?”,“¿Quién?” y “¿Cuáles?” son las conductas que hoy en día están ejecutando o padeciendo los adolescentes. Con afán de resolver esto, se consideró imperativo realizar una investigación real en forma de Trabajo de Fin de Grado que aportara datos empíricos que pudieran describircuáles son las conductas que más realizan estos adolescentes y qué colectivos están en riesgo de realizar activa o pasivamente dichas acciones.
Dentro de las conductas analizadas en mi TFG destaca el hecho de que uno de cada dos jóvenes de 15 años afirma que sus parejas se enfadan si no les cogen el teléfono móvil, así como uno de cada tres alumnos de 4º de la ESO reconoce mentir a sus parejas a través de la red. Dentro del género, encontramos que un 60% de las féminas y un 46% de los varones se enfadan si no le contesta su pareja y está en línea. Sin embargo, el 54% de las mujeres y el 42% de los hombres afirma sentirse controlados por su última conexión al WhatsApp, Facebook, Tuenti, etc. Estas solo son algunas de las conductas de connotación violenta que realizan estos jóvenes en sus relaciones de pareja.
Por sexos, las mujeres han puntuado más en preguntas relacionadas con conductas de enfado, prohibición de comunicar con ciertas amistades, suplantación de la identidad y en todas las relacionadas con el control de la pareja. Sin embargo, los hombres se han sentido más identificados con preguntas relacionadas con las conductas de amenazar, humillar, mentir, o menospreciar a la pareja, obligar a eliminar contenidos de la red y enfado si la pareja no le coge el teléfono móvil. Esto indica que mientras los hombres emplean una violencia psicológica mucho más directa como las humillaciones o menosprecios, las amenazas o las mentiras, las mujeres suelen ser mucho más estrategas ya que emplean una violencia más elaborada y, por tanto, menos visible como lo son el control de la pareja o la suplantación de la identidad.
Estos datos son muy importantes pues sin caer en estereotipos nos abre un camino a los criminólogos para realizar campañas de prevención sobre esta temática, donde las pocas que hay versan únicamente en violencia de género, dejando al margen esta violencia bidireccional que se ejerce en parejas adolescentes. Adentrándonos aún más en la materia de prevención encontramos colectivos en riesgo, como lo son los jóvenes de 3º y 4º de la ESO y jóvenes con 14 y 15 años quienes más padecen y protagonizan estas conductas violentas, cayendo así en una regresión continua de valores.
Los criminólogos deberíamosluchar por una adecuada integración de las TIC’s en nuestra sociedad sin que ello suponga un retroceso de valores como está sucediendo hoy en día en las parejas adolescentes, donde el respeto, la libertad de expresión o de actuación y la intimidad, entre otros, están decayendo a la estrepitosa velocidad de un “click” por segundo.
Posted: 12 Nov 2014. Criminología y Justicia.
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