Son dos fenómenos que tristemente están muy de moda actualmente. Por un lado, el suicidio, acto que ya conocen y que consiste en quitarse la vida uno mismo, no siendo delictivo si no media la incitación, inducción o ejecución de otra persona (art. 143 CP).
Se estima que las dos terceras partes de quienes se quitan la vida sufren depresión y que los parientes de los suicidas tienen un riesgo más elevado (hasta cinco veces más) de padecer tendencias al respecto. 9 de cada 10 casos de suicidio esconden una alteración psíquica (depresión, ansiedad y adicciones).
Por otro lado, los desahucios, término jurídico en nuestro país para referirse a la privación por resolución judicial de un inmueble por incumplir un contrato al haber faltado al pago del mismo.
Y los partidos políticos, tanto PP como PSOE se andan con mucho cuidado en estos días con lo que dicen debido a la publicidad que los medios de comunicación están haciendo sobre las personas que se suicidan cuando van a ser desahuciadas. En este sentido se observa un ligero cambio en la forma de comunicar por parte de los informadores.
Como criminólogo y periodista me sorprende el fenómeno de haber ocultado los suicidios hasta hora y súbitamente cambiar la tendencia. Hace poco publiqué una de las conclusiones del estudio realizado por el criminólogo Roberto Carlos Valle Cordero, cuyo trabajo le supuso sobresaliente Cum Laude por la Universidadde Murcia. En su tesis doctoral ha estudiado las muertes violentas y sospechosas de criminalidad en la región de Murcia. Concretamente, ha analizado 6.698 autopsias judiciales realizadas -entre 2001 y 2009- en el Instituto de Medicina Legal de Murcia. Llama profundamente la atención que la tasa de suicidios es seis veces mayor que la de homicidios. Para él, este dato «demuestra que la política del silencio de las instituciones sobre los suicidios no funciona».
Hasta hoy, las políticas comunicativas tienden a ‘esconder’ este tipo de sucesos. En la información relativa a suicidios, el periodista debe ser especialmente prudente, porque no siempre la apariencia coincide con la realidad, y también porque la psicología ha comprobado que estas noticias incitan a quitarse la vida a personas que ya eran propensas al suicidio y que sienten en ese momento un estímulo de imitación. Es el denominado ‘efecto llamada’. Los suicidios deberán publicarse solamente cuando se trate de personas de relevancia o supongan un hecho social de interés general. Ahora, el estudio del criminólogo Roberto Carlos Valle nos hace preguntarnos si las muertes por suicidio serían mayores en el caso de informar más activamente o por el contrario disminuirían.
Volviendo a la política de nuestros dos grandes partidos monopolistas y para no confundir me referiré a ellos como PPSOE, que en estos días se muestran tremendamente preocupados ante la avalancha de suicidios que se están publicando (que no es porque hayan aumentado, pero ahora no se ocultan), no podemos olvidar que por el año 2007 ya se pensaba en crear más juzgados para agilizar los desahucios, porque los juzgados se veían desbordados. Y eso que no sabían el trabajo que se les venía encima. A todo esto, ahora hay un dictamen europeo considera abusiva la ley española de desahucios y cree que no se protege al ciudadano ante la inclusión de cláusulas abusivas en las hipotecas por lo que exige que el consumidor disponga de un recurso legal eficaz.
En la época de las ‘vacas gordas’ los bancos entregaban dinero al que no podía ni caerse muerto, con unas cláusulas abusivas. Entrabas por la puerta del banco y salías con un préstamo hipotecario de susto, con cifras que no podrías pagar si te quedabas sin trabajo, como así ha sido. Los más valientes, jóvenes sin estudios y que ganaban barbaridades en la construcción por ejemplo, salían hasta con las llaves del coche en la misma hipoteca de la casa.
Ahora ha sido necesario rescatar a esos bancos, sin pensar en rescatar a los pobres. Si tú tienes una deuda te fusilan vivo, pero si eres un club de fútbol te han dejado hasta hoy que debas millones de euros.
El Consejo de Ministros, en su reunión de 28 de septiembre de 2007, fue informado por la Ministra de ViviendaCarme Chacón –la recuerdan verdad, pues no la pierdan de vista que puede que sea la que desbanque a Rajoy de la presidencia del gobierno- acerca del Plan de apoyo a la emancipación e impulso del alquiler que, entre otras medidas, incluyó la creación de 10 nuevos juzgados de primera instancia destinados a mejorar, complementar o suplementar la administración de justicia en las ciudades en las que los juicios de desahucio por falta de pago suponen un tanto por ciento elevado respecto de la carga total de los juzgados de primera instancia y, además, tardan más en tramitarse.
Sobre el 'desahucio express' los del PPSOE lo vieron como una "reforma necesaria y coherente, hemos hecho nuestro trabajo y lo hemos hecho bien, porque el objetivo de la ley era dar más agilidad al desahucio". Ya este mismo verano, Rajoy instauró el desahucio express para retrasos en el pago de alquiler. El Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de Ley de Medidas para Flexibilizar el Alquiler, presentado por el Ministerio de Fomento el pasado 11 de mayo, que persigue "mejorar la seguridad jurídica" de arrendadores y arrendatarios. Los inquilinos que se retrasen en el pago de la renta de alquiler podrán ser desahuciados en un plazo de diez días si no presentan alegaciones ante el juez, según la nueva normativa.
Y como ahora hay elecciones en Cataluña, todos los partidos sitúan los desahucios en el centro de la campaña. Pero la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ve “hipócritas” a PP, CiU y PSC y razón no le falta, porque los únicos que se han preocupado por los desahucios han sido las plataformas de defensa de los desahuciados.
No puedo callarme y olvidarme que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han sido utilizados para hacer el trabajo sucio que deberían haber hecho los banqueros. Ni de los jueces, que han soportado una carga de trabajo injusta, excesiva e inmoral, hasta el punto de que ellos mismos se han manifestado en el sentido de decir que ¡basta ya de desahucios a gogó!
Lo último, de hoy mismo, Kutxabank anuncia que paraliza los desahucios tras el suicidio de una vecina de Barakaldo con hipoteca en La Caixa, Amaya Egaña.
Volviendo a los suicidios, nueve personas se suicidan cada día en España, se intuye que tres por culpa de la crisis pero no hay respuesta al porqué. En las estadísticas oficiales no se recoge la causa o motivo de estos fallecimientos.
En España se suicidan entre 3.100 y 3.500 personas cada año, una media de 8-9 personas al día, todos los días. Sin embargo, nuestro país tiene una de las tasas de suicidio más bajas de Europa, 6 suicidios al año por 100.000 habitantes, solo Grecia tiene una tasa menor (3,6). En 2008 los suicidios aumentaron un 6% (3.457), en 2009 se mantuvieron en al mismo nivel, y en 2010, el último dato publicado por el INE, descendieron un 8% (3.145) alcanzando el mínimo histórico de los últimos 20 años.
Pero hace solo un mes en el Congreso Nacional de Psiquiatría celebrado en Bilbao se reveló que los problemas económicos son el origen del 32% de los suicidios. De hecho, la crisis se alza como la principal causa, seguida del desamor y los problemas de pareja (25,8%), problemas psiquiátricos (19,1%) y conflictos familiares (11,2%).
Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Defunciones por causa de la muerte, 2011.
UPyD ha propuesto una histórica iniciativa ante el Congreso para la prevención del suicidio, relativa a promover dentro dela Estrategia de Salud Mental acciones para una redefinición de los objetivos y acciones de prevención del suicidio, que además ha sido suscrita por todos los grupos parlamentarios. Colegios, instituciones penitenciarias y residencias geriátricas constituyen el ámbito de actuación para prevenir el suicidio.
Por cierto, supongo que saben ustedes las preocupaciones de los españoles actualmente. Las que elabora elbarómetro CIS. Pues el paro ocupa el primer lugar para los encuestados, apartando al terrorismo de esa primera posición. En segundo lugar son las dificultades económicas y el tercero para la clase política. Como ven la educación, la sanidad, la corrupción y el fraude nos mantiene preocupados. Pero la clase política es que no nos deja vivir, con sus viernes de horror.
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