segunda-feira, 1 de dezembro de 2014

La Meteorocriminología: El efecto Foehn. ¿Existe una relación entre la meteorología y la agresividad?


¿Qué sucedería si una de las razones por la que se genera la agresividad, entre muchos otros síntomas, fuera una razón completamente externa y ajena a nuestro control? ¿Qué sucedería si quedara demostrado que, en efecto, la naturaleza infiere en nuestro cuerpo de una manera inimaginable e inofensiva, a través del viento? Es sabido desde hace miles de años que el tiempo es capaz de influir en nuestro estado anímico así como en nuestro comportamiento, pero es que, además, actualmente se estima que gran parte de la población es vulnerable a los cambios bruscos de presión atmosférica, a los cambios de temperatura y hasta a los cambios de humedad. Estas personas son conocidas como meteorosensibles.
La meteorosensibilidad constituye una realidad biológica explicada a través de las leyes de la electrofisiología y de la psicoquímica. Cuando las condiciones atmosféricas se distancian de los umbrales climáticos normales,los cambios del tiempo a los que nos sometemos por estar inmersos dentro de la atmósfera nos trastornan en mayor o menor medida. Debido a su vez de que estamos inmersos en una sobre-climatización, sobretodo en los ambientes urbanos, cualquier variación que difiera del umbral de normalidad nos puede llegar a producir un trastorno psicológico no deseado.
El efecto Foehn es un singular fenómeno meteorológico que surge de un tipo de viento característico de la región de los Alpes y que alcanza hasta los 150 km/hora debido a la geografía que presentan las cordilleras tan altas de la región, así como diferentes cordilleras de alrededor del mundo, incluidas cordilleras españolas.
La teoría termodinámica nos explica que cuando un viento templado y húmedo sopla contra una cordillera alta, se ve forzado a ascender de una manera rápida para superar el obstáculo (por la ladera de barlovento), haciendo que se enfríe a razón de casi 1ºC por cada 100 metros de ascensión. El vapor de agua se condensa generando abundantes precipitaciones a la vez que va perdiendo humedad y temperatura mientras continua ascendiendo. Al llegar a lo alto de la cordillera, desciende de manera vertiginosa en forma de viento seco, frío y comprimido (por la ladera de sotavento), a la vez que se ve calentando y deshidratando en el descenso de la alta cordillera y parece salir a borbotones de la misma montaña. El viento que llega al valle eleva bruscamente la temperatura hasta 10ºC en unas horas y hasta 15º y 20ºC en unos días. El carácter turbulento del viento viene condicionado por las características orográficas del terreno, siendo más acusado en los valles estrechos, profundos e intrincados.
También conocidos bajo el nombre de vientos de las brujas o vientos de la locura, esta clase de vientos alteran física y psíquicamente a las personas meteorosensibles de manera inimaginable, ya que durante los días que dura este fenómeno meteorológico se produce un aumento de las enfermedades meteorotrópicas, así como se llegan a dar casos de grados de violencia extrema, como la violación, mayor cantidad de homicidios, e, incluso, de suicidios. Fred Soyka lo siguiente:
  • Una corta exposición a esta clase de vientos produce, en un principio, efectos beneficiosos para las personas expuestas, tales como hiperactividad, sensación de euforia y ansiedad.
  • Una larga exposición a esta clase de vientos produce, varias horas después, efectos nocivos para las personas expuestas como insomnio, dolores de cabeza, agotamiento psicofísico, depresión crónica y, especialmente, conductas agresivas y violentas.
El efecto Foehn tiene una mayor explicación si atendemos a un hecho: El ser humano es una máquina bioeléctrica polarizada sensible a cualquier actividad electromagnética del entorno. El aire está compuesto por átomos, formados por un núcleo de protones, de carga positiva, y un revestimiento de electrones, de carga negativa, además de neutrones. Existe un equilibrio entre la relación de la existencia de éstos, tendiendo a que haya un igual número. No obstante, los electrones son muy volátiles y se puede llegar a romper ese equilibrio, formando átomos con carga positiva, negativa y neutra (el estado ideal). Estas cargas en la atmósfera se encuentran, generalmente, a razón de cinco iones positivos, constituidos parcialmente por dióxido de carbono (CO2), por cuatro negativos, formados por, en parte, oxígeno (O2).
Los iones negativos tienen un efecto tónico y beneficioso, producen sensación de bienestar, disminuyen la presión arterial, aceleran la cicatrización de heridas y mejoran la ventilación pulmonar. Al contrario de este hecho, losiones positivos generan efectos apáticodeprimentes y alteran el sistema nervioso, asociándose a cefaleas, dolor de garganta, aumento de la presión arterial, síndrome de agitación psicomotriz, irritabilidad, disminución de la atención, excitación nerviosa y, muy especialmente, aumento de la agresividad. Es por eso que hoy en día se utilizan ionizadores del aire para mejorar el rendimiento laboral y en el tratamiento de determinados trastornos (ansiedad, asma, hipertensión…).
Las perturbaciones en los campos electromagnéticos infieren sobre el agua corporal, alterando sus propiedades físicas y su distribución y provocando cambios repentinos, así como sobre la permeabilidad en las membranas celulares, produciendo dinámicas alteradas de los flujos líquidos. Los cambios producidos en las propiedades físicas de esos líquidos orgánicos provocan alteraciones en sus retenciones, en las velocidades con que pasan a través de las membranas, en la presión sanguínea y en el rendimiento del corazón. De esta manera, la capacidad de las células para absorber el agua, la conducción eléctrica entre los tejidos y la estimulación nerviosa se ve afectada.
Son numerosos los estudios que vienen referidos a esto. El Dr. F. Sulman, de la Unidad de Bioclimatología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, especialista en la investigación de meteoropatías relacionadas con el viento, realizó un estudio sobre las patologías producidas por los vientos secos y cálidos del desierto, dando como resultado que estas personas meteorosensibles presentaban hasta el 1000% de incremento de serotonina, con un incremento también de la producción de histamina y adrenalina. Los resultados de este estudio son contundentes: el equilibrio de los iones es CRÍTICO para el bienestar emocional y físico de las personas.
Por su parte, en 1974 el investigador William Zungdemostró que los episodios de viento Foehn en la cordillera de los Alpes se encuentran relacionados estadísticamente con el aumento de la agresividad social y la tasa de suicidios, mientras que Larcan realizó un estudio sobre 700 casos de tentativas de suicidios, demostrando una correlación existente entre el fenómeno suicida y el viento Foehn, así como una relación entre el mismo fenómeno y la aparición o agravamiento de neurosis y crisis esquizofrénicas.La cantidad de estudios bajo la misma perspectiva es asombrosa.
El fenómeno es de tal importancia que en algunos países, como por ejemplo Suiza, el efecto Foehn es considerado unatenuante por la legislación penal en el caso de la comisión de determinados delitos. Por sorprendente que parezca, somos conscientes de este fenómeno desde la Antigüedad, donde los tribunales de varios países de Medio Oriente admitían también circunstancia atenuante en crímenes y agresiones cometidos cuando soplaba el viento sur Hamsin. Hasta la Biblia hace mención a este hecho, donde se justifica un supuesto comportamiento innoble del Rey Salomón por el azote del Hamsin.
Ejemplos de este tipo de vientos ionizadosson el Foehn, típico de los Alpes,Chinook en las Montañas Rocosas de Estados Unidos, Zonda en Argentina, Puelche en los Andes, Austru en Rumania,Barredor del cielo en Mallorca, Siroco, del desierto del Sahara y llega al mediterráneo pasando por Italia e Islas Canarias,el Mistral en el sur de Francia, laTramontana, el Cierzo, losBitterWinds, desde Arizona del Norte hasta Méjico, conocidos por la tradición local india como causantes de trastornos mentales a personas sensibles a la “enfermedad del viento”, yun largo etcétera de muchos otros vientos.
En agosto de 2004, la Agencia Europea de Medio Ambiente hizo público un exhaustivo informe "Impacts of Europe´sChangingClimate", en el que se estimó que la concentración de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero, se encontraba en su punto más alto desde hace al menos medio millón de años, a la vez que un 34% más alto que antes de la Revolución Industrial, de finales del siglo XVIII. En dicho informe se indicaba que la temperatura se ha incrementado en 0,95ºC en Europa en los últimos 100 años, muy por encima de la media mundial, un 0,7 ºC. Con estas perspectivas, para 2080 se estima que en España el aumento de la temperatura anual promedio será de aproximadamente 4 grados.

  • Conclusiones:
En definitiva, dado que el calentamiento global es un hecho y que a medida que pasen los años las temperaturas continuarán aumentando, junto con la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, es preocupante la situación en la que nos encontramos y los pronósticos que existen. Al fin y al cabo, el viento solo es un elemento más del clima, pero como fenómeno meteorológico requiere nuestra especial atención, y es que a lo largo de todo el siglo XX ya se ha podido documentar con numerosos estudios que SÍ existe una relación entre las conductas humanas y la meteorología, siendo las corrientes iónicas las causantes del agravamiento o aparición de muchos síntomas y trastornos psíquicos.
Poder estimar cuál será el impacto que tendrá en nuestra salud en los años venideros, no solo teniéndonos que preocupar ya por nosotros mismos, sino por la mismísima madre naturaleza que nos rodea y a la que estamos destruyendo a poco, es una aventura a lo desconocido. Tendremos que vivir en una constante aclimatación, tanto de comportamiento como fisiológica, como de las infraestructuras que nos rodean, porque está claro que la situación cada vez irá a peor, y es ahí donde reside la importancia de aumentar aún más los estudios sobre estos temas, y donde el criminólogo ha de ejercer un papel importante, o mejor dicho, el meteorocriminólogo, pudiendo así avisar a la población cuando se avecinen fenómenos Foehn y, a su vez, elaborando programas de prevención para las denominadas personas metereosensibles. Y es que sino al paso que vamos tendremos que tener miedo hasta del propio viento.

  • Bibliografía

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VILLENA, J.J., (2010) “Soy inocente, hacía viento de poniente.”. Disponible en:http://meteovision.blogspot.com.es/2010/09/soy-inocente-hacia-viento-de-poniente.html
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